TODO VA A REVENTAR.
Josep Antoni Durán i Lleida,
dirige la secretaría general de CIU y preside la Comisión de Exteriores del
Congreso. Pues bien, este diputado que muchos consideran un enlace
imprescindible para la buena marcha de las relaciones entre ‘Madrit’ y la
Generalitat de Cataluña, ha lanzado unos avisos muy serios al gobierno español
que preside Mariano Rajoy.
Dada la intensa y extensa
experiencia política de Durán y su fama de moderado, no podemos tomarnos a la
ligera lo que dice. ¿Y qué dice? Que si Mariano Rajoy ‘no mueve ficha’ antes
del verano, habrá un ‘choque de trenes’ y ‘todo va a
reventar’.
¿Es casual este lenguaje tan críptico?
Claro que no. Esta nebulosa permite una interpretación suave y, si conviene,
una fuerte. Sin descartar otras tonalidades. Depende de lo que convenga en cada
momento. Lo que dice Durán, ‘si Mariano
Rajoy no mueve ficha’, sólo tiene sentido en un contexto determinado. ¿Cuál
es el contexto? Dos partidos supuestamente nacionales, el PP y el PSOE, han
gobernado España durante más de treinta y cinco años, con ‘bisagras’
nacionalistas. O sea, con los nacionalistas vascos, o con los catalanes, o con
ambos.
¿Cuál es el problema? Primero, que la
gobernabilidad de España ha dependido de la colaboración, interesada por supuesto,
de los partidos nacionalistas. Y segundo, que los dos grandes partidos, PP y
PSOE no han querido modificar la ley electoral. Resulta que con la ley
electoral actual (que es de la época de Franco) los partidos separatistas
obtienen una representación muy superior a la de sus votos. Es decir, son más
fuertes políticamente de lo que merecen por los votos recibidos. Y se han
aprovechado de esta circunstancia con pingües beneficios para ellos y serios
perjuicios para el resto de los españoles.
Dado que no ha habido cambios
importantes desde su creación, las bases del sistema electoral español
están en la Ley
1/1977 de 4 de enero para la Reforma Política y en el Real Decreto Ley 20/1977 de 18 de
marzo. Sólo destacaré una cuestión importante, que tiene que ver, directamente,
con el papel negativo de las ‘bisagras’ nacionalistas:
Pongamos un
ejemplo. En las elecciones generales de 2008, los votos necesarios para obtener
un escaño fueron los siguientes:
Izquierda
Unida: 484.973 votos.
UPyD
306.079 votos.
CIU
77.492 votos.
PNV
51.021
votos.
Creo que esto
muestra la profunda injusticia de la ley electoral. En estas elecciones
generales de 2008, el PNV obtuvo 300.000 votos y seis diputados; UPyD obtuvo
303.000 votos, y un diputado.
O sea, un voto nacionalista-separatista vale seis
veces más que el de un español de a pie. Si esta profunda injusticia no
se hubiese acompañado de una sistemática deslealtad constitucional de CIU y
PNV, constituidos en árbitros de la gobernabilidad, la mencionada injusticia no
habría tenido efectos tan perversos y destructores para España.
Para completar el estropicio, las
transferencias educativas han sido utilizadas, en Cataluña y el País Vasco,
para intensificar la ‘construcción nacional’. O sea, fueron utilizadas para
crear desafección, enemistad, incluso odio contra España. Como hay gente que
todavía no quiere creerlo, repetiré las palabras del periodista y escritor
barcelonés Félix de Azúa, en 2013, antes de que se trasladara, con su familia,
a vivir a Madrid: ‘No queremos que nuestra hija sea educada en el odio a
España’.
Pues bien, este es el contexto en
el que tiene que entenderse la frase de Durán: ‘Rajoy tiene que mover ficha antes del verano’. O sea, ‘mover ficha’
es ceder una vez más a las pretensiones separatistas. Como han hecho en estos
últimos 35 años tanto el PP como el PSOE. Recordemos que, por ejemplo, la
Comunidad Autónoma catalana tiene un nivel competencial que Escocia desearía
tener. Pero los separatistas son insaciables y desleales. Resumo. La principal
responsabilidad por esta lamentable y peligrosa situación actual es del PP y
del PSOE. Los separatistas no tenían, por sí solos, poder suficiente para crear
el grave problema soberanista actual. Problema que sólo ha empezado con
Cataluña. El País Vasco está a la espera. Y no sería el último.
Otra de las frases de Durán, el ‘choque de trenes’, también tiene que
ver con la deslealtad constitucional. En un sistema jurídico democrático, como
el nuestro, no tiene mucho sentido hablar de ‘choque de trenes’. Puede
haber disputas, conflictos, problemas, pero no ‘choque de trenes’. En una
sociedad democrática los problemas se resuelven políticamente, o judicialmente.
Es decir, no hay lugar al ‘choque de trenes’. Lo que Durán y los separatistas
pretenden decir es que ya no les interesan las conversaciones políticas para
alcanzar consensos, dentro de la ley. Hace pocas semanas, la VicePresidenta
Soraya Sáenz de Santamaría estuvo en Barcelona, en una comida con empresarios y
con Artur Mas, con el objetivo de ‘limar asperezas’. Pues bien, el Presidente
de la Generalitat le negó esta posibilidad. Sobran comentarios.
Y en cuanto a la solución
judicial, ya sabemos que las autoridades catalanistas llevan mucho tiempo desobedeciendo
sentencias judiciales firmes. Sin que pase nada, lo que muestra la grave crisis
de nuestro Estado de Derecho. Desobediencia en el ámbito educativo, o en lo que
convenga. Por tanto, se rechaza, también, la vía judicial. No se reconoce
legitimidad a la justicia española en lo que no conviene. ¿Podemos seguir
hablando de Estado de Derecho?
Finalmente, la traca. ‘Todo va a reventar’. Es decir, si no
conseguimos lo que queremos, habrá una explosión social y política. Romperemos
la baraja. Llevamos más de treinta y cinco años sacando tajada y queremos
seguir así. Respetamos la Constitución si con ella podemos conseguir nuestros
deseos. En otro caso, no nos sirve. Hay que cambiarla a nuestro favor. Es la
amenaza del niño mimado y enrabietado que siempre se ha salido con la suya. Lo
peor es que sigue habiendo políticos dispuestos a complacer a los separatistas.
Una vez más. ¿Cómo llamarlos?
Termino con unas palabras de
Joseph Pérez, el historiador francés de origen español que, entre otros muchos
títulos y reconocimientos, es miembro del Directorio del Centre National de
la Recherche Scientifique (CNRS). Ha recibido la Gran Cruz de Alfonso X el
Sabio, es Comendador de la Orden de Isabel la Católica y Oficial de la Legión
de Honor francesa. Ahora, en Mayo de 2014, se le ha otorgado el Premio Príncipe
de Asturias en Ciencias Sociales.
4 comentarios:
Achacar el problema a la ley electoral es no querer ver la realidad.... el problema es la educación y el dejar hacer a sus anchas a los gobiernos de CiU y PNV... aunque no hubieran tenido relevancia en Madrid hubiera pasado lo mismo.
El coste del diputado, es diferente para cada circunscripción, y es muy lógico que quien no llega al mínimo en muchas circunscripciones se quede sin nada. Si votaramos de forma uniforme los resultados se parecerían más a los de las europeas, con lo que aún habiendo grandes debacles como la de las últimas elecciones tendríamos un bipartidismo mucho más bestia.
que rebiente pués.
Ya sé que el coste por diputado es diferente. De esto me quejo.
La ley electoral debe acercarse todo lo posible al principio democrático de 'un hombre un voto'. Espero que se entienda que incluya a las mujeres. Hay tanto progresismo...
Los bipartidismos no son bestias (la mayoría de los grandes países democráticos funcionan así) a menos que los políticos lo sean. El bi partidismo no es necesariamente malo. Este que hemos tenido durante 35 años sí lo ha sido. Basta ver los resultados.
que sasco de país
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