El caso Pujol como moneda de cambio
Pues bien, a pesar de la solidez de los indicios criminales señalados por la unidad especializada de la Policía y el volumen espectacular de dinero que, como integrante del clan familiar, el declarante ha estado manejando en circuitos opacos al Fisco todos estos años, ni la Fiscalía Anticorrupción ni la Abogacía del Estado solicitaron al magistrado la adopción de medidas restrictivas de sus movimientos, mucho menos su ingreso provisional en prisión.
El precedente más inmediato sobre corrupción política al más alto nivel lo encontramos en el caso Bárcenas. En esa ocasión el Partido Popular necesitaba dar una imagen de firmeza que frenara la oleada de críticas que soportaba.
Casualmente o no, lo cierto es que el extesorero del PP fue enviado a prisión, donde sigue más de un año después.
Lo paradójico es que, en un caso mucho más escandaloso, en virtud de la cantidad de dinero que podría haber sido sustraída y la dimensión política del principal inculpado, la Justicia haya decidido permitir la libertad de movimientos de uno de los presuntos implicados en la trama delictiva.
La afrenta a todos los españoles que representa este tipo de actuaciones judiciales se agrava por la manera en que se está actuando contra los ciudadanos desde que arreció la crisis. Las constantes subidas de impuestos a todos los contribuyentes y la persecución implacable de Hacienda, especialmente sañuda con los profesionales y pequeños empresarios, pone aún más de manifiesto la doble vara de medir del Gobierno y la Justicia cuando se trata de aplicar la ley en materia fiscal.
Tal vez el envite soberanista y la necesidad del Gobierno y el partido de Pujol de llevar a cabo alguna componenda de última hora, antes de la fecha prevista para el referéndum ilegal, pueda explicar esta clamorosa inacción de los poderes públicos.
A degüello con la Gürtel
Bárcenas y Pujol hijo, vistos por el mismo juez
X.H.
Abrió la causa contra el primogénito de Pujol a regañadientes tras la denuncia de manejo de bolsas con billetes de 500 euros.
(La Gaceta)
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