(ESPAÑA, ESTÁ LLENA DE ROJOS IDIOTAS. REALMENTE, PELIGROSOS IDIOTAS.
LO MÁS GRAVE ES QUE A ESTA GENTUZA DE PROGRESO SIN ESCRÚPULOS LE VOTAN MÁS DE CINCO MILLONES DE ESPAÑOLES.
ES SORPRENDENTE TANTA ESTUPIDEZ. ¡QUÉ MIERDA DE PAÍS!)
Los que están proponiendo este jueguecito son los representantes públicos de Podemos; utilizan a menores de edad para acribillar a políticos y personas que resultan “non gratas” para el sectarismo podemita. Ocurrió durante las fiestas del 2 de mayo, en la carpa de Podemos, en Móstoles.
El objetivo de la actividad (dirigida a los niños) era acribillarlos. Y ello dentro de un espacio municipal, pagado con dinero de todos los vecinos.
Ésta es la actividad “lúdico-infantil” que Podemos considera apta para nuestros hijos: incitar al odio y a la violencia, y de paso, sembrar en ellos esa pulsión primaria de agredir y eliminar al que piense diferente.
Muy didáctico, como ves. Qué mejor juego para que los menores vayan interiorizando quién es su enemigo. Para demonizar sus nombres y apellidos, rostros y siglas. Para que entiendan que la violencia, los insultos y las agresiones no revisten gravedad cuando se ejercen contra los que opinan diferente. (Recibido por Internet.)
2 comentarios:
España no está llena de idiotas. Somos alrededor de cuarenta millones de idiotas, quiero decir, personas y en un tal pelotón tiene que haber de todo. Lo que pasa es que pensamos de prestado, así que quien realmente corta el bacalao es quien controla la información (léase a Montalbán y su “Informe sobre la información” o algo parecido y tantos otros; sí, Vázquez Montalbán, el padre de Carvalho, el mismo homenajeado por Andrea Camilleri al dar nombre a su inspector). Según se nos dice repetidamente, así pensamos y actuamos, en general; semejantes multitudes de “espíritus libres” que llenaron las calles de Barcelona reclamando “independencia”, según se les requería, las atiborraron en su día saludando al dictador. En España hay unos cuantos canales que nos presentan reiteradamente la cara amable de nuestros flautistas de Hamelin, así que cinco millones hasta me parecen sorprendentemente pocos.
Me gusta su actitud optimista. Esperemos que la cosa no vaya a más, como en Venezuela...
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