(Estoy de acuerdo con el articulista. La derecha de Rajoy es penosa y lamentable.
Pero J.F. Revel dijo algo parecido. Decía que la izquierda francesa era la más idiota del mundo. Pero es porque no conocía a la izquierda española. O antiespañola.
O sea, estamos rodeados. Y viene a salvarnos el comunista Pablo Iglesias.
Dramático.)
LA DERECHA MÁS IDIOTA DEL MUNDO.
François Mitterrand solía decir que la
derecha francesa es la más idiota del mundo. Pero era porque no conocía a
la española. Así, fiel a su tradición, la nuestra va camino de repetir
otra soberana torpeza temeraria, muy similar a la que cometiera cuando
el referéndum de la OTAN. Entonces, como en el circo, vimos lo nunca
visto, el más difícil todavía: Fraga y su corte de carcamales de
Atapuerca caminando alegres del bracete de los comunistas prosoviéticos
(aún existía el Pacto de Varsovia) y el resto de la extrema izquierda
solo por el prurito de sacar a Felipe González de la Moncloa.
Un genuino
ejercicio de imbecilidad histórica que a punto estuvo de colocar al
Reino de España fuera de la órbita del todavía Mercado Común Europeo
(recuérdese que el no perdió por los pelos el referéndum).
Idéntica insensatez, esa miopía de anteponer el tacticismo cortoplacista
de los intereses de partido a la defensa estratégica del sistema, es la
que ahora mismo vuelven a exhibir con su impúdico auxilio tácito a Podemos en detrimento del PSOE.
Aún con el cadáver insepulto del Pasok expuesto en la plaza Sintagma
de Atenas, hacía falta estar muy ciego para emular aquí los mismos pasos
que catapultaron a Syriza hacia la hegemonía en el espacio de la
izquierda griega. Bien, pues lo están haciendo. Uno tras otro, el
Partido Popular parece empeñado en repetir en nuestro particular ámbito
doméstico todas y cada una de las condiciones que llevaron a la sustitución de la socialdemocracia por los antisistema
en las instituciones helenas.
No otro propósito, por cierto, puede
encerrar la interesada proyección de los de Iglesias a interlocutores
preferentes, si no únicos, en la campaña del PP. Lo que no ha ocurrido
en la realidad, el célebre sorpasso, está siendo provocado de modo obsesivo en el plano del agit prop
mediático por los augures publicitarios del partido de Rajoy y sus
obedientes terminales periodísticas. El ninguneo deliberado de Pedro
Sánchez, la legitimación implícita de Podemos en tanto que genuinos
representantes de la izquierda…
El acoso displicente a Ciudadanos, la apelación al
miedo de brocha gorda con el afán evidente de polarizar al máximo la
confrontación entre la derecha y Podemos, en detrimento de las
formaciones del centro, todo en la campaña del Partido Popular parece
diseñado con un único objetivo: ayudar a Pablo Iglesias en su nada
secreto afán de acabar con el secular papel dominante del PSOE en la
izquierda hispana.
La misma frivolidad suicida que cuando el referéndum
de la OTAN; exactamente la misma. Con la única diferencia de que aquella
vez los salvó de sí mismos un inopinado rapto de lucidez del electorado
a ultimísima hora. El mismo que no volverá a rescatarlos el 26-J. Como a
los niños (y a los tontos), les gusta jugar con fuego. El problema es
que esta vez nos quemaremos todos.
(José García Dominguez/ld.)
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