La primera gran matanza en Barcelona de esos orates criminales. ¡Cuánto dolor! ¿Recuerdan a Candel: “Han matado un hombre, han roto el paisaje”? Pues eso. Días atrás, callejeando, pasé bajo un balcón con una estelada y un cartel sobrepuesto: “Refugees, welcome”, decía. Repetiré el paseo; por ver si perdura tanta inocente (?) generosidad.
Ahora, cuando el drama comienza a habitar en el recuerdo en la mayoría, ¿alguien se atreverá a pedir responsabilidades a los padres de la idea de abrir Cataluña sólo para la inmigración marroquí y musulmana, en general? ¿Alguien denunciará la malicia que se puede esconder en las disimilitudes, en la enfatización de los “fets diferencials”, cuando se promociona que un ciudadano llegue a creer que hasta su propia mierda es diferente de la de “los otros”, como proclamaba un joven etarra?
Progresista o no, opuesta a la ingenua alianza de civilizaciones, ¿se generalizará en Europa la postura de un reciente PM australiano, que proclamaba que su país tiene unas características definitorias (tradición cristiana, idioma oficial, usos y costumbres, etc.) y que la inmigración que no se adaptara a ellas tenía las puertas de salida abiertas? ¿O continuaremos, imperturbables, ofreciéndoles todo tipo de ventajas, que no disfrutan los íncolas? ¿Son, quienes nos apacientan, tan generosos como se pretenden o unos fríos calculadores políticos?
3 comentarios:
La primera gran matanza en Barcelona de esos orates criminales. ¡Cuánto dolor! ¿Recuerdan a Candel: “Han matado un hombre, han roto el paisaje”? Pues eso.
Días atrás, callejeando, pasé bajo un balcón con una estelada y un cartel sobrepuesto: “Refugees, welcome”, decía. Repetiré el paseo; por ver si perdura tanta inocente (?) generosidad.
Ahora, cuando el drama comienza a habitar en el recuerdo en la mayoría, ¿alguien se atreverá a pedir responsabilidades a los padres de la idea de abrir Cataluña sólo para la inmigración marroquí y musulmana, en general? ¿Alguien denunciará la malicia que se puede esconder en las disimilitudes, en la enfatización de los “fets diferencials”, cuando se promociona que un ciudadano llegue a creer que hasta su propia mierda es diferente de la de “los otros”, como proclamaba un joven etarra?
Progresista o no, opuesta a la ingenua alianza de civilizaciones, ¿se generalizará en Europa la postura de un reciente PM australiano, que proclamaba que su país tiene unas características definitorias (tradición cristiana, idioma oficial, usos y costumbres, etc.) y que la inmigración que no se adaptara a ellas tenía las puertas de salida abiertas? ¿O continuaremos, imperturbables, ofreciéndoles todo tipo de ventajas, que no disfrutan los íncolas? ¿Son, quienes nos apacientan, tan generosos como se pretenden o unos fríos calculadores políticos?
Publicar un comentario