¿Democracia o república bananera?
Decía, en otro artículo, ‘¿Para qué sirve la democracia?’:
La democracia sirve- entre otras cosas importantes -para que, si la mayoría de los ciudadanos ejercita su libertad, con sentido de la responsabilidad y un cierto conocimiento de lo que habla- un poco de información y un poco de formación-, ayudará a que la nave en la que todos estamos embarcados, navegue mejor que en cualquier otro sistema político. No conozco sistema mejor, aunque los corruptos, despilfarradores, separatistas, golpistas y comunistas antisistema lo puedan poner en peligro’.
Sigo estando de acuerdo. Ahora, quisiera enfatizar una cuestión que afecta gravemente a nuestro propio futuro.
¿De qué se trata?
Pensé en ello (junio 2020), viendo una manifestación -en Madrid- en la que se protestaba contra el sistema sanitario actual que, por lo visto, mostraba serias deficiencias. Recordemos que España tiene uno de los sistemas sanitarios mejores del mundo. Sea como sea, recuerdo que una de las pancartas -creo que era una manifestación exclusivamente de sanitarios- decía:
¡Sanidad pública al 100 por 100!
Como Corea del Norte.
Este es uno de los problemas que comentaré. Es la tendencia, apoyada por la mayoría de los medios de comunicación de favorecer el intervencionismo estatal. ¿Por qué hablo de tendencia? Porque la mayoría de los medios de comunicación son de izquierdas y simpatizantes. Lo privado es malo, lo público es bueno.
Además de la mayoría de medios de comunicación, (que suelen reírse del patriotismo español; no del vasco y catalán), también el sistema de enseñanza está copado, mayoritariamente, por profesores de izquierdas y simpatizantes. Lo privado es malo y lo público es bueno. No exagero. Recuerdo que hace unos años, corrió un video por las redes sociales en las que la socialista Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta primera del gobierno de España (2004/2010) disertaba en un colegio.
En este colegio de niños- creo que de Valencia- les explicaba que lo público era lo solidario y que lo privado era lo egoísta. Literalmente. Un adoctrinamiento vergonzoso. Este es el comportamiento de los progres. En resumen, dado que lo privado es malo, hay que intervenir. Cuanto más interviene el Estado, menos egoísmo y más solidaridad. La felicidad completa sería el cien por cien. Porque se eliminaría totalmente lo malo, que es lo privado. ¿Idiotas? Enfermos de sectarismo. Pero votan.
El otro problema es la democracia igualitaria o redistributiva. Tiene, como característica central, una obsesión redistributiva. El anterior problema de la obsesión intervencionista, está relacionado con este problema de la democracia igualitaria o redistributiva. ¿Por qué?
Recordemos que la izquierda tiene como referente valorativo, la igualdad. Pero no la igualdad de oportunidades. Esto ya lo hace la derecha, así que no vale. La igualdad auténtica, de izquierdas, es la igualdad de resultados. Lo que exige una constante redistribución. ¿Por qué? Porque vivimos en el desigual e injusto capitalismo.
Antes de seguir, recordemos unas palabras de Milton Friedman, Nobel de Economía y uno de los grandes de la historia de la economía: ‘Una sociedad que priorice la igualdad sobre la libertad, no obtendrá ninguna de las dos cosas. Una sociedad que priorice la libertad sobre la igualdad, obtendrá un alto grado de ambas’.
Esta carrera, de socialistas sanchistas y comunistas, hacia la igualdad ‘real’, no termina nunca. Siempre hay desigualdades, reales o inventadas, que superar. En esta tarea igualitaria, es de gran ayuda la izquierda mediática subvencionada y manipuladora, que es mayoritaria.
La derecha, por seguir con la simplificación derecha-izquierda, procura no quedarse atrás. ¡Dirán que somos insolidarios! Y para que no les digan que son fachas, suelen incorporar buena parte del discurso de la izquierda. O sea, asumen el ‘marco conceptual’ de la izquierda, por seguir la terminología de G. Lakoff. Derrota segura de la derecha. Puntualmente con alguna victoria, como el caso del gallego Feijoó, que ha asumido el nacionalismo galleguista ‘suave’. Veremos lo que dura la ‘suavidad’. ¿Qué pasó con el seny catalán? Pues que terminó en rauxa. No aprenden.
La derecha se centra en la economía, hecha unos zorros por el despilfarro habitual de la generosa izquierda, con el dinero ajeno. Un ejemplo destacado de esta estúpida actitud la protagonizó Rajoy. En abril de 2008, en una reunión de los populares en Elche, dijo: 'Si alguien se quiere ir al partido liberal o al conservador, que se vaya'. Este señor gobernó España. La tragedia es que los hay peores.
La obsesión redistributiva sin fin, sigue un camino ruinoso de amplios servicios sociales universales y gratuitos. Para los de aquí, y todos los que vengan, legal o ilegalmente. O sea, demagogia populista, apoyada por los medios de manipulación, que siempre termina con más deuda pública descontrolada, más impuestos, más intervencionismo estatal y más demagogia. Es decir, pobreza, en el más amplio y profundo sentido de la palabra. No lo dude.
Junto a la destrucción económica, la destrucción política y cultural. Es decir, propaganda y pasos legales contra la familia tradicional; contra los ricos (recuerden el odio contra Amancio Ortega); contra la Iglesia católica (no contra el islam); acoso a los jueces y medios que no se someten a sus objetivos populistas; contra la Monarquía, (Van- con total desvergüenza- a por Felipe VI. ¡Viva la III República bananera!); ruptura de España (‘horizonte republicano plurinacional’, en palabras del vicepresidente Iglesias, apoyadas por los partidos separatistas antiespañoles, ¡socios del gobierno de España!); y un largo etcétera de vaciamiento del orden constitucional de 1978.
¿Permitiremos que esta peligrosa banda de comunistas y separatistas antiespañoles- apoyados por este PSOE sin escrúpulos-, nos lleve a la ruina?
P.D. Anuncian una reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que es un nuevo y peligroso ataque a la independencia de los jueces. El nuevo Código de Conducta de las Cortes Generales aprobado (1/10/2020) en una reunión conjunta de las Mesas de Congreso y Senado, ni siquiera recomienda el uso de las fórmulas mínimas de ‘juro’ o ‘prometo’, a la hora de acatar la Constitución. Por no hablar de la ‘Memoria Histórica’. Y un largo etcétera de demolición programada de España y del Estado español.
¿No estamos ante un golpe de Estado?
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