Ahí descubrí algo que me sorprendió de Reverte. Nunca se moja. Siempre queda bien con todo el mundo. Y al volver a oírle en la entrevista que le hizo laSexta con motivo del lanzamiento de ‘Línea de Fuego’ volví a comprobarlo.
Detesta España («Me iría si tuviera 30 años, siempre los mismos errores») pero no deja de hablar de ella. Es republicano pero defiende al rey Felipe VI. Dice que la clase política es «gentuza» pero se confiesa fan de Pedro Sánchez al que pone al mismo nivel de la Guardia Civil y Leo Harlem.
Se la pasa jaleando la leyenda negra antiespañola —«España ha sido un país sometido a reyes malvados, curas fanáticos y ministros corruptos»— y ha atacado con saña a Elvira Roca Barea por reivindicar «lo mejor de nuestra historia a costa de ocultar estragos y sombras» pero tiene debilidad por artistas que la han combatido como el pintor Augusto Ferrer-Dalmau que inmortaliza en lienzo las grandes gestas militares españolas.
Como dijo Pedro Fernández Barbadillo: «Pérez Reverte es una sacerdotisa ‘progre’ al que le encanta la leyenda negra española».
Le encanta a la izquierda porque le susurra al oído cuánto detesta al franquismo pero al mismo tiempo encandila a la derecha al decir de Pedro Sánchez que «no tiene escrúpulos, sabe que los españoles no tenemos memoria y miente sin ningún complejo».
Y en ese ejercicio de equidistancia intolerable Reverte se escandaliza:
«¿Quién me va a reconstruir ese imperfecto estado? ¿Rufián? ¿Echenique? ¿Espinosa de los Monteros? ¿Ortega Smith? ¿Esos son los que me van a construir el futuro? ¿Los que van a hacer una España futura estable y convivible? ¿Esos son los que van a hacer una constitución? ¡Váyase usted al carajo!», ha lanzado.
Hay que tenerlos cuadrados para poner a Echenique al mismo nivel que Espinosa de los Monteros.
Uno defiende la Constitución y el otro solo piensa en dinamitarla junto a sus amigos etarras. Uno ha sido perseguido por los batasunos en campaña electoral, el otro no solo no lo ha condenado sino que incluso ha llegado a decir que los de VOX se ponían ketchup en la cara para simular las agresiones. Uno es un político que defiende España, el otro es un miserable que solo ha venido a aprovecharse de su sistema de salud. Uno es un ciudadano al día con sus impuestos, el otro es un defraudador de la Seguridad Social.
Ya está bien de tanta equidistancia. Si a Reverte le molestara de verdad la «gentuza» que nos gobierna no iría a la cadena que la jalea y la protege a soltar sus homilías.
La verdad es la contraria: va a laSexta porque lo único que le importa es vender libros. Y para ello lo mejor es no mojarse… por eso no se atreve a hablar de la pandemia que ha matado a 55.000 españoles.
«Yo de eso me he comprometido a no hablar», dice. Porque eso le haría perder lectores. Pero cuando lo haces te declaras fan de Sánchez. En fin…
(Periodista Digital/19/10/2020.
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