miércoles, 10 de noviembre de 2021

SEPARATISMOS Y SUS CÓMPLICES

Separatismos y sus cómplices

Por Sebastián Urbina

El novelista norteamericano de novela negra Dashiell Hammett declaró, en 1951, ante un tribunal macartista, en plena caza de brujas. Cuando el Comité de Actividades Antiamericanas le reclamó nombres sospechosos de alguna conspiración comunista, respondió: "No tengo palabras para manifestar mi desprecio a este tribunal".

Yo sí tengo, a diferencia de Hammett, algunas palabras para manifestar mi desprecio a los separatismos antiespañoles, antes llamados nacionalismos periféricos. Recuerdo sus mentiras, chantajes y desprecios a España y a los españoles. Como evidencia el libro, entre otros muchos, de Gabriel Tortella y tres historiadores más, 'Cataluña en España: historia y mito'.

Añado una dura crítica al PP y al PSOE. ¿Por qué? Porque los separatistas antiespañoles, por sí solos, hubieran sido incapaces de llevarnos a esta grave situación que tenemos que soportar en 2021. Agravada con el arrogante y mentiroso Sánchez. Si han llegado hasta aquí, ha sido por el fracaso histórico de PP y PSOE. Ambos, con su respectiva cuota de responsabilidad, han permitido o colaborado con los separatistas para que consiguieran sus objetivos.

¿Y cuáles son sus objetivos? Dada la cantidad de analfabetos políticos que dirigen nuestras vidas, tuvimos que soportar no sólo a políticos sino también a periodistas, profesores, etc., riéndose a mandíbula batiente del conocido dicho, ‘España se rompe’. Utilizaban el símil del vaso que se cae de la mesa y queda hecho trizas. Entre estos sagaces adivinos, estaba el ministro Miguel Sebastián, del no menos sagaz Rodríguez Zapatero, a la sazón, presidente del gobierno de España.

Decía el ministro citado, en su artículo de 2007, ‘España no se rompe’, que estas preocupaciones por la supuesta ruptura de España eran preocupaciones de la derecha y nostálgicos del franquismo, pero no tenían sentido. Sin embargo, se ha comprobado que las capacidades adivinatorias del ministro socialista son muy deficientes. También se lució el pueblo soberano, que votó por dos veces a Rodríguez Zapatero. El que insultó a la bandera de Estados Unidos, el que prometió solemnemente a Pascual Maragall, ante 20.000 personas, en el Palau Sant Jordi de Barcelona - en 2003- que aprobaría cualquier reforma del Estatuto que hiciera el Parlamento catalán. Entre otras peligrosas estupideces progresistas.

En una sociedad menos inmadura, políticamente hablando, no estaríamos debatiendo qué hacer con estos políticos separatistas que violan las leyes repetidamente. En una sociedad más políticamente madura, estos políticos que dirigen la Generalidad catalana estarían inhabilitados hace tiempo. ¿Por qué? Porque en un Estado de Derecho digno de este nombre, se aplicaría la legalidad vigente.

Obviaré, como suele hacerse cuando se habla de nacionalismo, cualquier referencia histórica a los Reyes Católicos, la guerra de 1714, o al general Franco. Me basta decir algo que va de la Constitución de 1978 hasta hoy. Aunque hay muchos elementos a considerar, que ayudan a entender la gravedad de la situación actual, me centraré en un solo elemento clave. Se trata de las transferencias educativas. Tanto PP como PSOE dejaron completamente de lado la Alta Inspección del Estado. Artículo 27.8 de nuestra Constitución: "Los poderes públicos inspeccionarán y homologarán el sistema educativo para garantizar el sistema educativo".

A pesar de la poca precisión constitucional sobre este punto, García de Enterría entiende que la Alta Inspección no es sino la manifestación de un poder genérico de supervisión que tiene el Estado. Y las sentencias del Tribunal Constitucional coinciden, en gran medida, con la doctrina del profesor García de Enterría sobre la supervisión general que tiene el Estado.

¿Qué pasó? Que los separatistas han hecho lo que han querido en materia educativa, manipulando a placer las conciencias de generaciones de catalanes (y vascos), gracias a la irresponsabilidad política de PP y PSOE. De este modo, los separatistas pudieron hacer creer, entre otras muchas falsedades, que Teresa de Ávila, Hernán Cortés, Cervantes o Leonardo da Vinci, eran catalanes, o la conocida mentira ‘España nos roba’. No por casualidad, Antonio Robles, en su ‘Historia de la resistencia al nacionalismo en Cataluña’, dice que periodistas y profesores son el verdadero ejército de Cataluña.

Pujol inició la construcción nacional de Cataluña, una vez que cesó Tarradellas como presidente de la Generalidad, en 1980. Desde entonces fue construyendo el nuevo Estado catalán. Sin que nadie le dijera nada, ni le pusiera impedimentos. A pesar de que se trataba de un golpe de Estado incruento. Pero no solamente los políticos- salvo honrosas excepciones- han callado o mirado para otro lado. También la sociedad civil. El que fuera director de ABC y miembro de la Real Academia Española, Luis María Ansón, nombró a Pujol ‘español del año’. Sucedió en 1984, en pleno caso Banca Catalana.

¿Por qué Letonia, Estonia y Lituania tuvieron el respaldo internacional cuando quisieron recuperar la independencia, entre 1987 y 1991? ¿Por qué los dirigentes separatistas catalanes hacen el ridículo internacional cuando venden su victimismo independentista por doquier?

Nadie- a menos que sea como ellos- apoya la independencia de una región que forma parte de un Estado democrático, con las típicas libertades democráticas, elecciones periódicas, ocho televisiones públicas propias, Parlamento propio, control (sectario) del sistema de enseñanza/adoctrinamiento y un alto nivel de vida, entre otras cosas. Y que quiere independizarse violando las leyes democráticas vigentes. Además, el derecho de autodeterminación no está reconocido en ninguna Constitución democrática del mundo, y tampoco está reconocido por la ONU, que lo limita a situaciones coloniales.

Hay gente que pregunta: "¿Y qué quiere hacer? ¿Enviar los tanques?" No, aplicar la ley. Y hacer cumplir las sentencias judiciales firmes. A menos que ya seamos una república bananera o bolivariana. No es exagerado. Gobierno de socialistas, comunistas, golpistas condenados por el TS y los herederos políticos de ETA. ¿Quién da más?

Los golpistas catalanistas- indultados- son los que apoyan (además de comunistas y golpistas) al socialista Sánchez a cambio de vergonzosas compensaciones para que siga en la poltrona. A finales de octubre 2021, los separatistas catalanes habilitan una web para delatar a profesores universitarios que enseñen en castellano. La Comisión de la Unión Europea muestra su preocupación por los homenajes a etarras y los califica de "indignantes". Junqueras exige la total exclusión del español en la enseñanza para apoyar los Presupuestos.

Con todo mi desprecio.

¡Socorro, que viene la ultraderecha!



 

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