¿Inmatricular inmigrantes irregulares?
«¿Acaso alguien está dispuesto en serio a blindar las fronteras para que sean inexpugnables, a electrificar la valla de Melilla con voltaje mortal?»
(Pablo de Lora/The Objective/13/4/2024.)
(Creo que es una frivolidad plantear así el problema de la inmigración irregular. Hasta hoy, que yo sepa, nadie ha establecido vallas con voltaje mortal, tratando de asesinar a los inmigrantes irregulares.
Tampoco conozco, en el otro extremo, ningún país que haya eliminado las fronteras. O sea, ‘pasen, pasen’.
De modo que, en la inmensa mayoría de los casos, o sea, todos o casi todos los países del mundo, se sitúan entre los dos extremos antes mencionados.
Esto quiere decir que hay fronteras para controlar la entrada. Lo que varía es la intensidad del control, pero todos quieren controlar. ¿Por qué?
Solamente unos políticos irresponsables- algo muy común, por cierto- despreciarían informaciones de policía y otras instituciones, que mostraran- por ejemplo- el aumento de la delincuencia debido a la inmigración irregular.
O que el país receptor tuviera altos índices de paro y la entrada de inmigración irregular agravara la situación. Etcétera.
Resumo. Mientras en el mundo haya diferencias económicas tan grandes, habrá gente que emigrará a zonas más ricas, y zonas más ricas que se protegerán- en alguna medida- de una entrada de inmigración irregular que, previsiblemente, no aportará más riqueza sino lo contrario. De hecho, lo normal es que la inmigración incontrolada utilice- en muy alto grado- los servicios sociales. Pero nada es gratis. Alguien lo paga.
Salvo que todos seamos como Vicente Ferrer o Teresa de Calcuta. Entonces podríamos abrir fronteras y abrazar a todos los que vengan.)
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