viernes, 22 de mayo de 2009

SOCIALISMO AUTÉNTICO.


Viernes, 22-05-09
ME refiero, no a la que evita el embarazo, sino a la que el Gobierno nos ofrece para la recuperación económica: «El cambio de modelo de crecimiento». O dicho en su lenguaje publicitario, «pasar de la economía del ladrillo a la del ordenador». Bastan dos segundos para darse cuenta de que los ordenadores por sí solos no significan crecimiento económico. Hay que saber manejarlos. Y, sobre todo, hay que saber concebirlos, diseñarlos, fabricarlos. De lo que estamos a años luz.

Y estamos a años luz porque, para lograr ese nivel tecnológico, se necesitan unas escuelas, unos alumnos, unos profesores, unos planes de enseñanza que ni tenemos, ni tuvimos, ni se prevén. En otras palabras: que la base de la economía productiva no son las ayudas a los bancos, las subvenciones a los ayuntamientos, los subsidios a las empresas en apuros, un ordenador por alumno, becas a todo el mundo y demás medidas que prevé el plan anticrisis del Gobierno, sino educación, estudio, esfuerzo en todos los niveles de enseñanza.

Pero de eso no han dicho ni hecho nada Zapatero y sus responsables de Educación. Más bien a lo que se han dedicado es a procurar que los estudiantes españoles lo tuvieran cada vez más fácil, a disminuir los obstáculos para que pasaran los cursos, a que tuvieran el mayor tiempo posible para divertirse. ¿Cómo se quiere crear así una «economía productiva»? La productividad viene de la creatividad y para crear algo se necesita tener los conocimientos necesarios para hacerlo. Algo que nosotros no tenemos, por lo que seguimos comprando patentes, como si el «qué inventen ellos» fuese tan típico español como la paella o la sangría.

El ordenador y las becas pueden servir así de muy poco si no van encajados en unos planes de estudio que fomenten el esfuerzo y premien la excelencia, no la mediocridad o incluso la galbana. Pero del esfuerzo que se hacen en nuestros centros de enseñanza ilustran dos datos que no necesitan comentarios: tenemos la tasa de fracaso escolar más alta de la Europa comunitaria y todos los baremos sitúan a nuestros estudiantes a la cola de los europeos. Sobre todo en las dos disciplinas claves para las restantes: el lenguaje y las matemáticas, que pueden ser lo mismo si consideramos que las matemáticas son una lengua con números en vez de con palabras.

Pero al Gobierno le ha importado más la «Educación para la Ciudadanía» que la capacidad de nuestros jóvenes para expresarse bien con vocablos y con cifras. Estos son los señores, señoras y señoritas que quieren cambiar la economía del ladrillo en una economía productiva, dando un ordenador a cada alumno de Primaria. Los y las mismas que quieren cortar la proliferación de abortos con la píldora del día después. Aunque para píldora, la que nos sueltan cada día. (José María Carrascal/ABC).
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Es un insulto más que Zapatero ponga 'mujeres de cuota'. Hay mujeres de valía y no es necesaria la cuota. Pero el mérito y la excelencia no importan. Importan el carné, el sectarismo y la pertenencia a la tribu. No puede extrañar que se hayan aflojado las exigencias en todos los niveles educativos. El socialismo no está interesado en la cultura de la responsabilidad, el esfuerzo y el mérito. ¡No a la competitividad! ¡Todos somos iguales! Ya lo decía Alexis de Tocqueville: 'La pasión por la igualdad conduce al delirio'.

No, Don José Luis, Tocqueville no era socialista como Bibiana Aido y usted mismo. Lo malo es que millones de españoles les escuchan a ustedes y no leen a Tocqueville.

Sebastián Urbina.

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