DEL ESTAMOS EN GUERRA AL ENGORDAR LA BESTIA.
La escalada de la violencia catalanista es directamente proporcional a la reacción de la sociedad civil ante el cada vez más insoportable acoso del fascismo lingüístico. Ayer, el Pravda del catalanismo se lucía con dos furiosos artículos, cuyos titulares hablaban por si solos. “Estamos en guerra” se titulaba el artículo del portavoz de la Obra Cultural Balear cuyo contenido reflejaba el enunciado del escrito. Bartolomé Martí, que así se llama el portavoz,, afirmaba que “si no hay más remedio que afrontar la guerra, el conflicto, o como queráis llamarlo, que nadie piense que los mallorquines y mallorquinas que estimamos esta tierra y no renegamos de ella quedaremos con los brazos cruzados mientras los fascistas y mafiosos nos insultan y nos niegan nuestros derechos” “. Y concluía amenazando, no a los que califica con todas estas lindezas, sino a los “que se queden en casa cuando empiece la batalla: quién no comparta la batalla compartirá la derrota”. ¡ Bravo, Ardor Guerrero!.
El otro artículo se debía a la pluma de Juan Meliá (no confundir con el Meliá junior que es , por derecho agnaticio, el Meliá por antonomasia) y su título era “Engordar la bestia”. La “bestia” es el PP que “ ha alimentado siempre los prejuicios en torno al catalán, aunque nunca con el cinismo actual, y que de esta manera engorda una bestia que cada vez más los arrastra hacia la extrema derecha, incluso con la mutación de las palabras, ya que en su boca, “libertad”, bilingüismo”, “igualdad”, “democrático”…pierden el valor original y asumen el de los antónimos. Una bestia que, tarde o temprano, los puede engullir también a ellos”.
El caso de Martí no vale la pena comentarlo, ya que se trata de un pobre sujeto furioso. Pero Meliá es un profesor de Universidad al que se le supone que sabe lo que dice. Y lo que dice es intolerable en la medida que supone un juicio de intenciones que sólo puede entenderse en una mente enferma. ¿Por qué la libertad, el bilingüismo, la igualdad o lo democrático son lo contrario de lo que significan si quien asume dichos principios es el PP o, como dice Meliá, “la Bestia”? ¿No será que “la Bestia” es él como lo acreditan sus posicionamientos extremistas y fascistas en materia de libertades?
Sobre todo, las cosas para estos exaltados deberían ser más sencillas y fáciles de poner en práctica: defiendan el bilingüismo que marca la ley y propugnen la libre elección, entre las lenguas cooficiales de esta autonomía, a los ciudadanos.
No hace falta más, querida Bestia y estimado Ardor Guerrero. (LB)
1 comentario:
El Autonomista antes de pretender ser Pessoa debería leer mejor los artículos que pretenda criticar. Me voy a centrar en el de Joan Melià. La “bestia”, estimado Autonomista, no es el PP: es la situación que se ha organizado alrededor de la cuestión lingüística. Así que no manipule: no es lo mismo ser sujeto (PP) que complemento directo (la bestia). De ahí el título del artículo. Así que no manipule. El PP –y compinches- es el principal responsable de crear prejuicios entorno al catalán, de fomentar el secesionismo lingüístico, totalmente impensable en otras lenguas y de pretender que parte de la ciudadanía, los catalanohablantes, seamos ciudadanos de segunda en nuestra propia comunidad. Todos estos (peperos, circuleros, liberteros…) que tanto se llenan –os llenáis- la boca de “libertad”, “democracia”, etc. lo hacen en solo un sentido: el suyo. Para que ellos tengan libertad otros han de joderse. Aquí es dónde Melià tiene toda la razón. Al grano: ¿Dónde queda la libertad de los pacientes de usar su lengua materna, oficial, en su propia tierra si el médico que los atiende no la entiende? ¿Dónde queda la igualdad si a parte de la población, se nos obliga a conocer una lengua que no es la nuestra materna mientras el resto de la población puede ignorar completamente la nuestra? ¿Qué es el bilingüismo? ¿Qué las personas puede comunicarse en ambas lenguas o que unas, siempre las mismas, tengan que “adaptarse” a las otras que son monolingües porque les da las gana? Porque los del PP y amiguetes defienden esto último: los señoritos por un lado y los que tenemos que adaptarnos a los señoritos por el otro. ¿Qué es más democrática, una ley que dice que una vez acabados los estudios obligatorios los ciudadanos deben conocer y poder usar las dos lenguas (Ley de Normalización Lingüística) o una que OBLIGA solo a conocer una y que en muchos casos no es la materna(Constitución)? En su artículo el Autonomista no explica nada y mucho menos argumenta. Melià habla del conocimiento. Una de las más miserables mentidas es la de que el catalán fomenta fracaso escolar (Campos dixit). Veamos: http://www.apoex.es/?tag=fracaso-escolar. ¡Anda! Las baleares son antepenúltimas. Debe ser cosa del maldito catalán. Vemos otras comunidades bilingües: en la Comunidad Valenciana la cosa está mal pero… un momento… ¡en Canarias, Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha las cosas están peor! ¡Seguro que es cosa del catalán! A ver el País Vasco… seguro que allí las cosas están. ¡Pues no! Es la comunidad con mejores resultados escolares. Seguro que todo, absolutamente todo, lo hacen en una sola lengua. ¿Y del bilingüismo? ¿Hablamos? ¿Cuántos personas que tengan como lengua materna el catalán no entienden y, mucho menos, hablan castellano? Ninguna. ¿Podemos decir lo mismo de los jóvenes castellanohablantes en relación al catalán después de terminar sus estudios? Me temo que no.
Miquel Joan
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