LA FELIZ ESQUIZOFRENIA SOCIALISTA.
Quien quiera comprender la almendra ideológica del Partido Socialista no debería perder el tiempo con tediosos tratados de ciencia política que nada le aclararán. Olvide el curioso al ya de por sí obviable Pettit. Adéntrese, por el contrario, en la escatología cristiana de Tomás de Aquino, Agustín de Hipona o Anselmo de Canterbury. Y es que, a imagen y semejanza de la Divinidad, el PSOE actual se quiere uno y trino a la vez.
De ahí, entre otros prodigios lógicos, que el Partido Socialista de Euskadi haya accedido al poder prometiendo acabar con el mismo tribalismo identitario que promueve a diario el Partido Socialista de Cataluña. Un exceso sólo imaginario a decir del tercero en discordia, el Partido Socialista Obrero Español propiamente nominado, razón de que jamás lo haya denunciado. O sea, la esquizofrenia clínica elevada a suprema virtud política. Exhaustivos, los síntomas todos del trastorno bipolar convertidos en solemne declaración de principios doctrinales. Las tres cabezas del perro de Hades devorando furiosas al puño y la rosa.
Así, el miembro del Comité Federal José Montilla, alopécica belle de jour, ha acuñado todas las boñigas retóricas que lanzan incansables Arzalluz e Ibarretche contra el lehendakari López ahora mismo. Todas. Empezando por tildar de "anticalanes" a los dirigentes de ese Partido Popular que ya preside la Cámara vasca. Continuando por las nada veladas amenazas a quien se desvíe un milímetro de la pequeña y maloliente ortodoxia nacionalista, trátese de un magistrado del Tribunal Constitucional o del más modesto tendero que ose rotular en español.
Y terminando por el párrafo sobre la lengua a proscribir en los colegios vascos que Ibarretche le acaba de robar al propio Montilla: "El euskera es la lengua propia y singular de Euskadi y constituye el elemento más distintivo y sobresaliente de la identidad vasca en el concierto cultural mundial (...) Apostamos por un modelo educativo que tenga al euskera como lengua vehicular en el ámbito escolar". Clamoroso corta y pega con remite en Barcelona. Así, basta escribir "Cataluña" allí donde esos desolados gudaris cesantes gimen "Euskadi" e idéntico surtido de coces contra la democracia liberal retumba en la sede del PSC. El mismo, sin necesidad de mover ni una coma.
Por algo, ni al mismísimo Doctor Jekyll se le ocurrió jamás firmar el Pacto del Tinell con los separatistas y los comunistas con tal de expulsar de las instituciones a Mister Hyde. (José Garcia Domínguez/LD)
No hay comentarios:
Publicar un comentario