QUE DEJEN DE ENGAÑAR.
Josep Borrell, ex presidente del Parlamento Europeo y ex ministro durante el último Gobierno de Felipe González, ha instado a los independentistas catalanes a "que dejen de engañar a la gente" en cuanto a la permanencia de Cataluña en la Unión Europea si ésta se independizara de España, como promueven los miembros de Junts Pel Sí y la CUP.
"¿Cuántas veces hay que repetir lo mismo? ¿Cuántas veces tienen las autoridades europeas que decir que un nuevo Estado queda fuera de la Unión Europea? No tendría ningún apoyo internacional", ha afirmado el es dirigente socialista en el marco de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), que se celebran en Santander.
Borrell ha preguntado a los secesionistas de la coalición formada por el PDeCat -la antigua Convergència- y ERC y a los antisistema de la CUP:
"¿En qué mundo creen que viven?", ya que, a juicio del militante del PSC, "una secesión por las bravas de una parte de un país, vulnerando su Constitución y saltándose a la torera todo su ordenamiento político interno" no tendría ningún apoyo en el contexto comunitario.
"¿Se creen que alguien los va a apoyar? Que dejen de engañar a la gente, ¿no?", ha insistido.
(El Mundo)
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GOLPE A LA DEMOCRACIA.
El presidente de Llibertats, entidad que agrupa a juristas catalanes contrarios al proceso independentista, Pere Lluís Huguet, ha asegurado hoy que la Ley de Transitoriedad Jurídica «no pasa ningún filtro de los estándares de democracia» europeos, por lo que es «un golpe a la democracia».
(ABC)
CATÁLOGO DE FALSEDADES.
Las mentiras están llevando muy lejos el autodenominado proceso
independentista catalán.
Primero, el cuento era que España les robaba, hasta que apareció Borrell y, con la verdad que se ve –los datos ciertos y las estadísticas oficiales–, demostró todo lo contrario.
Después, que no se invertía allí y por eso, tras las Olimpiadas del 92, ahora tienen El Prat y conectadas vía AVE las cuatro capitales de provincia.
También salmodiaron que se maltrataba la lengua catalana, cuando nunca en su historia recibió más dinero y apoyo para su implantación. Como no podía ser de otra manera, reclamaban más autogobierno, y ya lo tienen todo, incluida una policía autonómica tan desproporcionada en su tamaño como ineficaz contra el terrorismo.
Así, embuste tras embuste, han armado un relato en el que convierten al vecino en un enemigo que nunca existió. Hasta el punto de afirmar que el resto de España vendía las armas que ellos exportan.
A semejante impostura sumaron la falsificación de la Historia. Ahora, se cargan el Estado de Derecho y seguiremos escuchando engaños que, más tarde o más temprano, se volverán contra ellos.
Primero, el cuento era que España les robaba, hasta que apareció Borrell y, con la verdad que se ve –los datos ciertos y las estadísticas oficiales–, demostró todo lo contrario.
Después, que no se invertía allí y por eso, tras las Olimpiadas del 92, ahora tienen El Prat y conectadas vía AVE las cuatro capitales de provincia.
También salmodiaron que se maltrataba la lengua catalana, cuando nunca en su historia recibió más dinero y apoyo para su implantación. Como no podía ser de otra manera, reclamaban más autogobierno, y ya lo tienen todo, incluida una policía autonómica tan desproporcionada en su tamaño como ineficaz contra el terrorismo.
Así, embuste tras embuste, han armado un relato en el que convierten al vecino en un enemigo que nunca existió. Hasta el punto de afirmar que el resto de España vendía las armas que ellos exportan.
A semejante impostura sumaron la falsificación de la Historia. Ahora, se cargan el Estado de Derecho y seguiremos escuchando engaños que, más tarde o más temprano, se volverán contra ellos.
(Bieto Rubido/ABC.)
2 comentarios:
Fue el paisaje, el escenario de mi infancia, luego, según se dice, es mi patria, mi patria chica. Me crié en Barcelona, en Cataluña, y las llevo en el corazón. Y, sin embargo, para nada comulgo con las intenciones ni el ideario de estos catalanistas-separatistas. Para empezar, no creo en absoluto en el carácter democrático, tan machaconamente repetido, del “procés”. A principios del s. XX los ciudadanos de Cataluña alcanzaban, casi, los dos millones. Desde entonces, con crecimiento vegetativo negativo habitual entre los autóctonos, ahora somos casi ocho millones, la franca mayoría, pues, “de fuera”; así, ¿dónde está la democracia en la imposición de estos fanáticos que, hoy, sin su control (¿quién lo entiende, quién lo permite?) sobre la enseñanza, los medios, etc., no sumarían muchos más que los inmigrantes musulmanes (sin contar los de las pateras que están de camino). Con la democracia, cuando menos con la nuestra, se pueden hacer mangas y capirotes. Por ejemplo, pueden llevar casi cuarenta años mandando unos señores que, ni en tripartito, alcanzan a sumar mayoría. Siempre ganaron las elecciones, sin embargo, los de la abstención, unos vagos, quizás, unos indiferentes, puede ser, pero, también, según se mire, un universo que no se sentía atraído por ninguna oferta de entre las presentadas. Y, naturalmente, ni tienen voz ni voto. ¡Fantástico! Creo que hay mucho que modificar y mejorar en lo que llamamos democracia; con más motivo, en la nuestra, la joven democracia española.
Me pasa algo parecido. Mi patria chica es Mallorca y no me gustan los que mandan. Yendo al fondo del asunto. Creo que el aspecto clave es la conjunción de radio, prensa, televisión y sistema de enseñanza/adoctrinamiento en las mismas manos. O sea, los catalanistas antiespañoles. Siempre ha sucedido que las minorías organizadas y agresivas se han impuesto a las mayorías siolenciosas.
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