(La mentira, el victimismo y la xenofobia son tres rasgos destacados del fanatismo catalanista. Aunque hay gente que, todavía, no se ha enterado. O no se quiere enterar.)
DÉFICIT Y MENTIRAS.
Joan Llorach estudia
hasta el último dato. Entiende que todo se debe contrastar hasta el límite. Y
no se cree nada antes de que se lo demuestren. Llorach es
empresario y escritor, pero en sus datos académicos figura que es
ingeniero, algo que él deja de lado porque no se ha dedicado a ello
profesionalmente. Estudió Ingeniería Industrial en la Universitat Politécnica
de Catalunya, pero quiso dedicarse al mundo de la empresa y obtuvo un máster en
administración de empresas en el Massachusetts
Institute of Technology (MIT).
Fundador de una empresa tecnológica, Llorach es coautor, junto
a Josep Borrell, del
libro Las cuentas y los cuentos de la
independencia (Catarata) que ha vendido más de 30.000
copias, donde "se desmonta" el
déficit fiscal que defiende desde hace años el independentismo, pero también
una parte de la izquierda catalana, la que se declara federalista. Llorach
fija ejemplos, busca situaciones similares y se queja con amargura de que se
siga el juego al relato independentista.
Asegura
que, sin combatir con datos y perseverancia el relato del independentismo, no
habrá una alternativa parlamentaria, y critica a la "izquierda" por
no saber denunciar esas falsedades. Llorach lo tiene claro:
Cataluña paga por renta y recibe por población: "En Cataluña hay un 5% de
déficit fiscal, que es justo, tal y como señala el propio Junqueras".
--El movimiento independentista ha ido
olvidando el argumento económico para justificar su proyecto
político. ¿Qué razón ve en ello? ¿Ya no es tan importante?
--Ahora mismo el debate está centrado en la diferencia entre lo
que los líderes independentistas decían en público y en privado, y entre lo que
significan exageración y engaño. Pero creo que la sensación de engaño se limita
a las cuestiones que la realidad ha puesto de manifiesto como la ausencia de
apoyo internacional y de estructuras de Estado o la marcha de las empresas.
Sin embargo, creo que se mantiene prácticamente intacta
la creencia de que se sufre un trato fiscal totalmente injusto sin parangón en
Occidente y que, en consecuencia, la independencia generaría una prosperidad
inmediata que haría de Cataluña una Dinamarca del Sur idealizada.
Creo que
si los partidos no independentistas no consiguen desmentirla será difícil
obtener la mayoría parlamentaria. El director de la campaña a
favor del Brexit ha reconocido que sin la falsa promesa de que la salida de la
UE proporcionaría 350 millones de libras más a la semana al Reino Unido habría
perdido el referéndum ya que, con diferencia, el argumento del beneficio
económico era el de más efectividad.
Calculado por cápita, la promesa de los 16.000 millones que hacen los
independentistas catalanes si se solventara ese déficit fiscal que dicen es
siete veces mayor. Es decir, se miente siete veces más.
Si se mintió con lo que se ganaría con el
Brexit, en Cataluña se miente siete veces más.
(18/3/2018/Manuel
Manchón/Crónica Global.)
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