(SOBRAN LAS PALABRAS.)
En memoria de los 11 miembros del PSOE asesinados por ETA
Como no parece que vaya a haber una contestación interna en el PSOE, habrá que apelar a sus votantes.
1. D. Germán González López, militante del PSOE y de la UGT. Asesinado el 27 de octubre de 1979 en Villarreal de Urrechu (Guipúzcoa).
2. D. Enrique Casas Vila, secretario de Organización del PSE, senador por designación autonómica y diputado autonómico. Asesinado el 23 de febrero de 1984 en San Sebastián.
3. D. Vicente Gajate Martín, militante del PSOE y de la UGT, policía municipal en Rentería (Guipúzcoa), donde fue asesinado el 17 de octubre de 1984.
4. D. Fernando Múgica Herzog, histórico dirigente del PSE y hermano del exministro de Justicia Enrique Múgica. Fue asesinado el 6 de febrero de 1996 en San Sebastián.
5. D. Fernando Buesa Blanco, vicelehendakari del Gobierno de coalición PNV-PSE. Portavoz del PSE en el Parlamento vasco. Fue asesinado, junto con su escolta –el ertzaina Jorge Díez Elorza–, el 22 de febrero de 2000 en Vitoria.
6. D. Juan María Jáuregui Apalategui, gobernador civil de Guipúzcoa en 1994. Fue asesinado el 29 de julio de 2000 en Tolosa.
7. D. Ernest Lluch Martín, militante del PSC. Ministro de Sanidad y Consumo en el Gobierno de Felipe González, fue asesinado el 21 de noviembre de 2000 en Barcelona.
8. D. Froilán Elespe Inciarte, primer teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Lasarte-Oria (Guipúzcoa), donde fue asesinado el 20 de marzo de 2001.
9. D. Juan Priede Pérez, concejal del PSE en Orio (Guipúzcoa), localidad en la que fue asesinado el 21 de marzo de 2002.
10. D. Joseba Pagazaurtundúa Ruiz, militante del PSE y jefe de la Policía Municipal de Andoáin (Guipúzcoa), donde fue asesinado el 8 de febrero de 2003.
11. D. Isaías Carrasco Miguel, concejal del PSE en Mondragón (Guipúzcoa), donde fue asesinado el 7 de marzo de 2008.
Estremece transcribir los nombres y los datos de estos once militantes o cargos públicos del PSOE. Fueron asesinados por ETA por el hecho de ser españoles y estar afiliados o representar en las instituciones a un partido que, al menos entonces, defendía la Constitución y la unidad de España.
En la actualidad, el PSOE, con su secretario general al frente, no tiene ningún empacho en pactar y buscar el apoyo parlamentario de quienes no han condenado ninguno de esos crímenes; de quienes como mucho dicen que aquello fue un error y que hubo sufrimiento para "las dos partes en conflicto", como si se hubiera tratado de una guerra y negando por tanto que hubo víctimas y verdugos.
¿No queda en el PSOE, en sus dirigentes, en su militancia, un mínimo de dignidad y de respeto a las víctimas causadas en sus filas por ETA, para enfrentarse a Pedro Sánchez y decirle que basta ya de tanta indecencia? ¿Pueden haber caído tan bajo los dirigentes y los militantes de un partido que ha sufrido en sus filas, al igual que la UCD, AP, PP o UPN, el embate del terrorismo?
Como no parece que vaya a haber una contestación interna en el PSOE, habrá que apelar a sus votantes. Que tomen buena nota de la inmoralidad que está cometiendo al apoyarse en Bildu, y que cuando llegue la hora de votar –empezando por Andalucía, el próximo 19 de junio– lo tengan en cuenta y castiguen donde más duele a un partido: negándole su voto.
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