Un Gobierno vencido y terminal
La triple fractura de un Gobierno que ya nació dividido ha alcanzado su inaceptable cénit en asuntos relativos a la Seguridad Nacional
Al
bochorno del espionaje «externo» al presidente y a la supuesta
investigación a dirigentes separatistas, impecable si se hizo con amparo
judicial, se le ha añadido el enésimo espectáculo de división,
enfrentamiento y reyerta entre las distintas facciones de un Gobierno
decrépito y construido a retales que ahora saltan por los aires.
Que
Sánchez sufra el acoso de su socio de coalición, Podemos, y de su mayor
aliado, ERC; retrata la naturaleza espuria de su matrimonio de
conveniencia, iniciado con la moción de censura y prolongado desde
entonces para desgracia de España, sumida en una degradación
institucional sin precedentes.
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