jueves, 23 de junio de 2022

LA TENSIÓN MUNDIAL AUMENTA

 

La tensión mundial aumenta

Por Gabriel Le Senne

Saben ustedes que, más allá de los dimes y diretes de la pequeña política, a un servidor le gusta centrarse cada semana en lo que parece más relevante. Y si esto habitualmente nos llevaba a lo nacional, últimamente España se nos queda pequeña y cada vez más debemos atender al escenario global, porque está al rojo vivo.

El foco está ahora en la ciudad de Kaliningrado, enclave ruso aislado entre Polonia y Lituania. Búsquenlo en un mapa y entenderán el problema. Antigua posesión prusiana conocida como Königsberg, cuna del filosofo Emanuel Kant, pertenece a Rusia desde 1945, siendo un puerto estratégico en el Báltico.

Pues bien, Rusia acusa a Lituania de cortar el acceso de ciertas materias a Kaliningrado. Sabrán ustedes que previamente Rusia había reducido el suministro de gas natural a Europa en torno a un 60%, hasta tal punto que Alemania parece prepararse para declarar el estado de alarma. ¡Otro! A medida que se acerque el invierno, los problemas de suministro de gas cobrarán más importancia. Winter sin gas is coming.

Rusia ha reaccionado al movimiento de Lituania con un ultimátum: si el bloqueo no cesa inmediatamente, tomará medidas que impactarán fuertemente en la población lituana. Y esas medidas no serán diplomáticas. Recuerda mucho a las advertencias previas a la invasión de Ucrania, y si son ignoradas como entonces, mucho me temo que Rusia pase de nuevo a la acción. Lituania pertenece a la OTAN, de modo que el riesgo de enfrentamiento directo aumenta notablemente.

Mientras tanto, el ejército ruso avanza inexorablemente en el Donbás, dando la impresión de que Ucrania tiene la guerra perdida, y que cuanto más se prolongue, peor. Y en paralelo se desarrolla la guerra económica. José Luis Cava nos ponía sobre alerta acerca de las dificultades del Banco Central de Japón —al que ya se suma el BCE— frente a las políticas de la Fed. Los llamados PIGS tienen unos déficits públicos desbocados que se financian con deuda pública que principalmente compra el BCE. Es lo que se denomina ‘monetización’ de deuda, y es la causa última de la inflación: al comprar el banco central la deuda pública se inyecta dinero en el sistema, y eso provoca el incremento generalizado de precios. Seguirán comprando deuda, porque lo contrario nos haría quebrar a los países derrochadores, pero al mismo tiempo intentarán ajustarnos el cinturón. Misión imposible, como venimos demostrando: los gobiernos sólo son austeros cuando no tienen más remedio. Total, los votantes no se enteran.

Pero estas políticas provocan otros daños, empezando por los más pobres. Los países ricos pueden permitirse el golpe, aunque las clases humildes sufren más. Pero los países pobres dejan antes de poder pagarse ni lo esencial. Así, el primer ministro de Ceilán (Sri Lanka) reconoce ya abiertamente que su economía ha colapsado por la escasez de comida, combustible y suministro eléctrico. No arriesgamos mucho si afirmamos que cabe esperar que pronto les sigan otros países ‘emergentes’.

La disrupción del comercio internacional a causa de la guerra económica, evidentemente, no ayuda. Xi Jinping critica las sanciones por “militarizar” la economía mundial. El presidente chino ha asegurado que las medidas occidentales contra Rusia han avivado el “dolor económico mundial” y que le preocupa que la economía mundial se divida en zonas mutuamente excluyentes. Ha pedido al mundo que luche contra la hegemonía de cualquier país. Adivinen a qué país se refiere.

Desde luego, son tiempos muy interesantes. Pero ya conocen el dicho (¿chino?): Dios nos libre de vivir tiempos interesantes. Las políticas imprudentes de los diversos gobernantes se acaban traduciendo en la muerte y el sufrimiento de millones de personas. Confiemos en que vuelva la sensatez y sea posible una salida negociada de este embrollo, del que nadie tiene la seguridad de salir ganando.

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