Un estudio elaborado para Funcas recoge que el 70 por ciento de los españoles ven con buenos ojos que se implante un bono escolar. Se intentó implantar con la UCD y el PP y no fue posible. Pero quizás la sociedad ya esté madura para llevarlo a cabo.
En 1955 Milton Friedman esribió un artículo titulado “El papel del Gobierno en la educación”, en el que partía de un principio muy sencillo para proponer un sistema igualmente sencillo. La idea es que una cosa es que el Gobierno pague ciertos servicios, como el de la educación, y otra es que el Estado provea, él mismo, de ese servicio.
El sistema es lo que llamamos “bono escolar”, y consiste en que son los padres quienes reciben directamente la ayuda del Gobierno, en forma de bonos que sólo se pueden gastar en los colegios. Una vez recibidos esos bonos por los centros escolares, lo redimen por dinero de verdad, lo que les permite mantener la actividad y, si la gestión es buena, obtener beneficios. Otra de las ventajas de este sistema es que combina las ayudas a los más pobres con el derecho de los padres de elegir para sus hijos el centro y el tipo de educación que quieren para ellos.
El bono escolar se ha convertido en todo un movimiento social en Estados Unidos que, aunque no ha logrado transformar el sistema educativo de aquél país, sí se ha implantado en varios Estados. Su ejemplo ha sido imitado en un número creciente de países, como Irlanda o Suecia, en Europa. En España, Esperanza Aguirre, cuando fue ministra de Educación, sugirió que se podría iniciar un programa piloto. Tuvo que rectificar ante la violenta negativa por parte de sindicatos y oposición. Ya antes, José Manuel Otero Novas intentó implantar el sistema, pero no lo logró.
Pero quizás si tuviese hoy que volver a proponer esa idea, las dificultades para llevarlo a cabo no sean las mismas. Un reciente informe elaborado por Funcas revela un hecho hasta cierto punto sorprendente: la gran mayoría de los españoles apoyaría que el Gobierno optase por el bono escolar. En concreto, un 69,9 por ciento de los encuestados. Por si esto no fuese poco, un tercio de los padres que llevan sus hijos a colegios públicos, los llevarían a centros concertados o privados si pudiesen. El informe, “Educación y familia”, está elaborado por Víctor Pérez Díaz, catedrático de sociología y colaborador de El Imparcial, y por Juan Carlos Rodríguez y Juan Jesús Fernández.
Hoy encontramos a varias asociaciones que exigen el bono escolar como instrumento ideal para hacer efectivo el derecho de los padres de elegir la educación que quieren para sus hijos, como son la Confederación Católica de Padres de Alumnos (CONCAPA), la Unión Demócrata de Estudiantes (UDE) o la Asociación de Centros Autónomos de Enseñanza Privada (ACADE). El grupo activista Hazte Oír incluso ha creado una plataforma, chequeescolar.org, que se dedica a promover este sistema para España. Mariano Rajoy o Antoni Duran i Lleida son otros líderes políticos que se han mostrado favorables a este sistema.
El hecho de que siete de cada diez padres reclame su derecho a elegir y apueste por una fórmula que les permite elegir no puede desvincularse del hecho de que por lo general están descontentos con el actual sistema. El mismo informe se recoge que casi la mitad de los padres cree que la exigencia de los colegios es “demasiado baja” por un 5 por ciento que cree que es excesiva.
Bono escolar en España
Más allá de los intentos fracasados por implantar el bono escolar de José Manuel Otero Novas y Esperanza Aguirre, ambos desde el Ministerio de Educación, ha habido unos pocos proyectos, de corto alcance, pero que han hecho que el bono escolar no sea ya una novedad en nuestro país.
Aunque no es exactamente el mismo caso, comunidades como Castilla La Mancha o Madrid han implantado el cheque-libro, aunque Cantabria y Asturias han optado por sistemas más parecidos, porque son los padres quienes reciben los bonos y compran los libros, y no los centros. Pero lo que sí es, de un modo más genuino, un bono escolar en España es el llamado “cheque-infantil” que funciona en la ciudad de Valencia con las guarderías.
Según el informe “La financiación directa al estudiante universitario”, coordinado por Pedro Schwartz considera que “los bonos se han demostrado eficaces para elevar el nivel de calidad e incentivar la diversidad, la responsabilidad y la autonomía individual”. De hecho, este informe propone un bono de posgrado.
A favor y en contra
No todo el mundo está a favor del bono escolar. Desde la Fundación Ideas, aneja al Partido Socialista, se mencionan muchas razones para oponerse a él. La principal crítica es que el bono escolar “no garantiza ni la calidad ni que sea más barato” que el sistema actual. Tampoco garantiza la capacidad de elegir, que es una de las ventajas del bono escolar, si previamente no hay una oferta. Es más, “dado que la capacidad de elección está en los padres, no hay una demanda segura. Y los empresarios no harán una inversión tan fuerte como la de un colegio con una demanda insegura”, apuntan desde la Fundación Ideas.
Álvaro Vermoet, presiente de la Unión Democrática de Estudiantes, UDE, considera, por el contrario, que “en todos los sectores hay oferta y demanda, y no hay desabastecimiento”. Es más, Vermoet apunta que este sistema es especialmente beneficioso para los barrios pobres, “ya que los empresarios saben que, gracias a los bonos, tendrán una demanda para sus colegios”.
El actual modelo es inflexible y deja fuera las preferencias de los padres, considera el presidente de la UDE. “De hecho, las ofertas más atractivas, como nuevos métodos de enseñanza de matemáticas, idiomas o informática, están fuera del sistema”.
El núcleo del bono escolar es la libertad de elección de los padres, reconocida en la Constitución. Pero desde la Fundación Ideas se incide en un punto diferente. El derecho es de los niños, más que de los padres. Y consiste en un derecho “al desarrollo de la personalidad” como un “ciudadano”. Y el Estado tiene la obligación de asegurar ese derecho. Álvaro Vermoet recuerda, al respecto, que todos los colegios que entrarían dentro de un sistema de bono escolar “están autorizados por el Ministerio de Educación”. (ElImparcial)
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La Fundación Ideas (socialista) debería saber que la patria potestad de los padres existe para beneficio de los hijos. Mientras son pequeños no saben lo que les conviene. Y no se trata de sustituir a los padres por el Papá Estado (socialista).
Los socialistas no desean la libertad de los padres. Desean decidir ellos por los padres. O sea, control. El suyo. Lo de siempre.
Sebastián Urbina.
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EL CHEQUE ESCOLAR
Por una educación libre y de calidad
Por Cristina Castro
En un tiempo como el actual, en que la crispación aumenta día a día por el absurdo empeño de este Gobierno de elevar a la categoría de ley reivindicaciones minoritarias de variopinto pelaje que amenazan nuestro Estado de Derecho, llama la atención la fuerza con que se está levantando buena parte de la sociedad en defensa de los derechos fundamentales de los ciudadanos. Un ejemplo de ello es la plataforma Cheque Escolar, que persigue la salvaguarda del derecho a la libertad de enseñanza, reconocido en el artículo 27 de nuestra Carta Magna. |
Junto a ello, el cheque escolar evita los ataques laicistas que sufre la educación en España y pone de relieve el principio, recogido en la Constitución, de que el Estado es aconfesional (no laico); pero los ciudadanos no tienen ninguna obligación de serlo.
Los colegios pueden ser católicos, pero también de otras confesiones religiosas o ideas filosóficas. Aconfesionalidad significa tolerancia y respeto a la pluralidad de las opiniones, y un Estado definido como aconfesional no debe oponerse a las convicciones personales ni manipular el sistema educativo.
No es el Estado quien financia el sistema educativo, sino los ciudadanos, en su calidad de contribuyentes. El Estado es un mero administrador del dinero ajeno, y por ello debe garantizar el derecho a la educación y la libertad de elección.
Con este tipo de medidas es posible que, a corto plazo, hubiera que incrementar el presupuesto en educación –ya que el Estado tendría que cumplir su deber de garantizar la gratuidad de la enseñanza a todos los niveles, cosa que ahora no hace–, pero a medio plazo el gasto público disminuiría, porque aumentaría la eficiencia del gasto educativo. Estudios sobre la financiación del sistema educativo revelan que los conciertos actuales y las subvenciones a la escuela pública le resultan muy baratos al Estado. Teniendo en cuenta que en las aulas de titularidad social está escolarizado un tercio del alumnado, resulta que con el 15% del presupuesto público se escolariza al 33% del alumnado no universitario, y el 67% restante (aulas estatales) se beneficia del resto del presupuesto. La desproporción entre la financiación de una y otra enseñanza es evidente.
En Europa también hay programas de cheque escolar en países como Dinamarca, Suecia, Italia o Gran Bretaña. En Suecia, introducido en 1992 por un Gobierno liberal y mantenido posteriormente por los socialdemócratas, permite escoger entre escuelas estatales o de iniciativa social y financia el 85% del coste. En Dinamarca el sistema es similar.
Otros países con cheque escolar son Chile y Nueva Zelanda.
El cheque en España
Pero sin duda el hito más importante fue el protagonizado por el ministro de UCD Otero Novas, quien llevó la propuesta del bono escolar al Congreso de los Diputados a través de su proyecto de ley sobre financiación de la enseñanza. De haber prosperado aquel proyecto la educación en España sería, hoy, realmente plural.
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