miércoles, 3 de julio de 2013

LA OTRA CATALUÑA


 (En la foto de arriba pueden ver la cara de Mariano cuando la Cospe y SSS le contaron el artículo de Carmen Leal, 'La otra Cataluña'. No reaccionó, ni dijo esa boca es mía. Sólo farfulló 'estamos en el buen camino...'. mientras echaba una ojeada al periódico deportivo 'Marca'. 

¡Dios mío, qué cruz!

En la foto de abajo pueden ver una manifestación catalanista en el Oasis.

PD. Si Mariano tuviera la mitad de patriotismo y hombría de bien de Carmen Leal, las cosas irían mucho mejor. Mi respeto y admiración hacia Carmen.)







La otra Cataluña

Queremos dignidad. Queremos que públicamente se apoye a la Cataluña española y que el Gobierno nos dirija algunas palabras en las que basarnos para tener la seguridad de que vamos a poder seguir residiendo en Cataluña con igualdad de derechos, a pesar de no ser nacionalistas. Queremos que en estos momentos de incertidumbre y zozobra se nos asegure el cumplimiento del juramento de quienes nos representan de “cumplir y hacer cumplir la Constitución”. Necesitamos confiar en nuestro Gobierno





Pedimos libertad para la otra Cataluña, para los otros catalanes, los no nacionalistas. Necesitamos libertad para que se nos pueda ver públicamente a todos los catalanes que queremos seguir siendo españoles. Necesitamos libertad para que se nos visualice, porque ahora somos transparentes. No existimos. Solo existe la sociedad nacionalista que muestran las televisiones autonómicas (y son media docena), las radios (no sé cuántas) y los medios escritos. Todos abundantemente subvencionados, desde La Vanguardia ( de soltera, La Vanguardia española) hasta El Punt Avui.

No es cierto que la sociedad catalana sea una sociedad homogénea en la que todos los ciudadanos sean nacionalistas, absolutamente todos, que quieren marchar hacia la independencia con cánticos y pacíficamente… ¡faltaría mas!, tal como los medios de comunicación presentan en las manifestaciones multitudinarias que vemos y seguiremos viendo. La presión política y social es tal que no pueden existir otras banderas que las de la estrella azul de la independencia sobre campo de barras. Ni siquiera la bandera catalana ondea en los balcones, bandera que procede de la enseña de la Corona de Aragón.

No existe otra lengua, que la lengua catalana. La española, utilizada habitualmente por más de la mitad de la población, está proscrita en cualquier ámbito social que dependa del poder reinante catalán: Parlamento autonómico, administración pública, escuela, etc. Socialmente, no es que se desdeñe la lengua española, es que se persigue con multas en rotulaciones de comercios y se denigra con insultos a quien la emplea : “fascista”, “imperialista”, “enemigo de Cataluña”… Restaurantes y bares donde la carta se presenta en varios idiomas, excepto en español. Instituciones públicas, incluso hospitales, donde el informe médico se ofrece al enfermo solo en catalán aunque lo pida en español o lo tenga que mostrar en otro lugar de España donde el catalán no es lengua oficial. En Cataluña, la presencia de todo lo español está proscrita.

Queremos libertad para esa otra Cataluña, sofocada, humillada y despreciada. Queremos libertad para esos catalanes, ahora en las catacumbas sociales, que sin subvención alguna están luchando denodadamente para mantener la españolidad de esta parte de España. Necesitamos la libertad que nos concede la Constitución y nos niega el Gobierno autonómico a pesar de las sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional.

 Queremos libertad para hablar cuándo, dónde y con quién nos parezca en la lengua oficial que cada uno prefiera. Queremos libertad para ser considerados como ciudadanos de pleno derecho. Queremos que nuestros hijos puedan escolarizarse en español. Queremos libertad para existir en Cataluña. Queremos que nuestro Gobierno, el Gobierno de España, garantice nuestros derechos. Queremos dignidad. Queremos que públicamente se apoye a la Cataluña española y que el Gobierno nos dirija algunas palabras en las que basarnos para tener la seguridad de que vamos a poder seguir residiendo en Cataluña con igualdad de derechos, a pesar de no ser nacionalistas. Queremos que en estos momentos de incertidumbre y zozobra se nos asegure el cumplimiento del juramento de quienes nos representan de “cumplir y hacer cumplir la Constitución”. Necesitamos confiar en nuestro Gobierno.

Libertad para la otra Cataluña. Esa que no se ve, la que está callada, la que tiene miedo a las represalias, que las hay. La que no quiere la independencia, la que existe en las catacumbas, la que no recibe subvención. Libertad para esa Cataluña española que quiere seguir siendo parte integrante de España.
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Carmen Leal es profesora de Lengua y Literatura españolas

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