CLAVES PRESIDENCIALES.
(Subtítulo:
‘Rajoy: un fracaso político.’)
Estamos
obligados a proporcionarles todo el crédito que necesiten para que con el
dinero del resto de los españoles puedan llevar adelante tan sugestiva empresa.
Una entrevista de seis páginas en el diario de mayor circulación de
nuestro país es un esfuerzo muy de agradecer por parte de un Presidente de
Gobierno más bien parco en sus comunicaciones a los medios y merece ser leída con toda atención
porque permite conocer elementos interesantes de su pensamiento, sin duda
determinantes a la hora de entender su política. Hay algunas de sus reflexiones
y afirmaciones que resultan especialmente dignas de ser resaltadas desde esta
perspectiva.
La primera es que nuestro principal
problema hoy en lo que a las finanzas del Estado se refiere no son los gastos,
sino los ingresos -la "recaudación" es la palabra que utiliza para precisar la idea- y que, aunque conviene ir reduciendo el
déficit y frenando la deuda, hay que hacerlo "poco a poco".
Es
decir, que con un desequilibrio presupuestario previsto si todo va bien de
70000 millones para este año y un horizonte de deuda del 110% del PIB para
2015, debemos tomarnos la corrección de estas cifras con calma y parsimonia.
La
segunda es que su preocupación principal en estos momentos es Europa. Se
entiende que la ofensiva separatista, las consecuencias de la sentencia del
Tribunal de Estrasburgo sobre la doctrina Parot y la posibilidad cada día más
alta a medio plazo de un Congreso de los Diputados con una mayoría de la
izquierda y los secesionistas, son asuntos que quedan por detrás en su atención
del mecanismo de resolución bancaria, el supervisor financiero o el fondo de
garantía de ámbito comunitario.
La tercera es que la actividad
económica, la competitividad y la creación de empleo tienen como fin primordial
el mantenimiento del Estado del Bienestar, que es un "logro irrenunciable". Otra forma de enfocar este
tema es considerar que el crecimiento y la creación de valor añadido son los
objetivos que no debemos nunca abandonar y que la reducción paulatina de los
recursos destinados al sistema de protección social nos dará la medida del
éxito de una sociedad en la que la mayoría no necesite cubrirse con el paraguas
de lo público, pero
el Presidente establece un orden de los factores bien definido.
La cuarta es que en un país
"moderado y equilibrado" la gente vota por opciones clásicas. Dicho de otro modo, que la
aparición de nuevas ofertas electorales votadas por los ciudadanos cuando las
clásicas se ahogan en corrupción y destruyen la separación de poderes nos pone
en peligro de inestabilidad y radicalismo.
La quinta es que en el caso de que
triunfasen los nacionalistas escoceses en el referendo de autodeterminación y
solicitasen la entrada de Escocia en la Unión Europea, no está claro si España
vetaría o no su incorporación. Tampoco aquí, nos advierte el Presidente, conviene
precipitarse.
Y la sexta es que ante el proyecto
anticonstitucional y subversivo de liquidación de España como Nación que
impulsa sin descanso la Generalitat catalana en manos de los nacionalistas,
estamos obligados a proporcionarles todo el crédito que necesiten para que con el dinero del resto de
los españoles puedan llevar adelante tan sugestiva empresa.
Por
supuesto, la entrevista es tan larga y rica en agudas observaciones que
seguramente he obviado algunos puntos de la misma igualmente fascinantes. Si
ustedes encuentran más claves presidenciales que añadir a las que acabo de
reseñar, por favor háganmelas saber porque mi sed de aprender es, en paralelo a
la paciencia del Presidente, inagotable.
(A. Vidal Cuadras/La Gaceta)
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