''Un apaciguador es alguien que alimenta a un cocodrilo con la esperanza de que será el último en ser comido por él''. (Winston Churchill)
(Pues bien, esta es la política del Partido Popular y del Partido Socialista, con los matices que haya que añadir.)
''El PSOE insiste en que ETA está derrotada pero no cuestiona las últimas actuaciones del Gobierno''/(Público.es)
SU MARCHA, NUESTRA ESTULTICIA.
ETA la que dirige el proceso de secesión, no de paz, vigente en el País Vasco
Día 13/01/2014 - 10.28h
Es ETA la que dirige el proceso de secesión, no de paz, vigente en el País Vasco.
La manifestación celebrada el sábado en Bilbao
por la independencia y la amnistía para los terroristas presos pone en
evidencia varias cuestiones determinantes en el proceso de secesión, que
no de paz, vigente en el País Vasco.
1º. Ese proceso lo dirige ETA, que es la que
marca los tiempos y las estrategias en función del análisis
aterradoramente certero que hace la banda de la situación política y las
debilidades de su enemiga: España.
2º. ETA presenta una estructura compleja, con
múltiples tentáculos, distintas caras y un único mando (que durante
varios lustros no estuvo precisamente en la clandestinidad sino amparado
por el Estado de Derecho, como en buena medida sucede ahora)
determinado a emplear cualquier medio, incluidos los más sanguinarios,
con tal de conseguir el poder en la «Euskal Herría» soberana a la que
aspira.
3º. Dentro de ese entramado criminal cada cual
desempeña un papel perfectamente definido por la dirección, sin más
fricciones que las propias de cualquier organización integrada por un
elevado número de personas. Los pistoleros no son más etarras que los
parlamentarios, concejales, abogados, financieros o propagandistas al
servicio de la causa. Se limitan a cumplir una función concreta, más o
menos prioritaria para la consecución de los propósitos de la banda
dependiendo de la coyuntura.
4º. Los atentados terroristas perpetrados por
ETA nunca han sido un fin en sí mismos. Los asesinos del hacha y la
serpiente no son sádicos que disfrutan matando sino sicarios de un
movimiento separatista que no hace ascos a derramar sangre inocente si
con ello avanza en la construcción de su mítica Arcadia euskaldún.
5º. Yerran por tanto estrepitosamente quienes
creen que la interrupción de las acciones armadas, o incluso su
terminación definitiva, equivale al fin de ETA. La banda sigue
existiendo, acumula más poder territorial del que nunca tuvo, mantiene
intacto en la recámara el cartucho del tiro en la nuca, por si volviera a
resultar necesario, y utiliza en su beneficio todas las garantías que
ofrece nuestra democracia en el empeño de destruirla para hacer posible
su propósito.
6º. El Partido Nacionalista Vasco comparte
abiertamente los fines secesionistas de ETA y nunca ha rechazado una
nuez del árbol que agitaba la banda. Nunca se ha puesto del lado de las
víctimas. Recoger sin la menor repugnancia esa cosecha sangrienta y
acudir, como hicieron el sábado, al rescate de los «agitadores» no hace
sino legitimar políticamente cada uno de los asesinatos perpetrados por
su «vanguardia armada». Confirmar que han sido útiles para avanzar hacia
la independencia.
7º. Tras una breve etapa de disimulo, el PNV
vuelve por los fueros del Pacto de Estella en un intento desesperado de
mantener el liderazgo del proceso (de secesión, no de paz) y no verse
superado por ETA/Sortu. La Historia nos enseña que la versión más
“auténtica” del separatismo acabará prevaleciendo sobre su réplica
camuflada, por más que ésta se empeñe en darle palmadas en la espalda a
aquélla.
8º. Ante esta situación, la respuesta de los
partidos llamados a vertebrar España, PP y PSOE, menguantes en el País
Vasco, consiste en emular a Chamberlain en la política de apaciguamiento
que llevó al encumbramiento de Hitler y a la II Guerra Mundial. Con
matices, pero sin diferencias de fondo en la práctica.
Conclusión: El éxito de esa marcha proetarra es sólo el reflejo de nuestra estulticia ciega. No ganan; perdemos.
(Isabel San Sebastián/ABC)
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