Para que realmente exista la libertad a la hora de votar, se han de conocer a fondo las dos opciones. En el caso catalánista la informacion sobre una de las dos opciones, la suya, esta totalmente adulterada, falseada, corrompida, pervertida, es una gran mentira, creada, inculcada y consolidada a lo largo de 40 años. Este es realmente el problema, que una de las dos opciones es falsa, entonces el votar de que sirve???????
Sí, sí, votemos. Démosle gusto al cuerpo y votemos. Así, pues, que el Estado proponga al pueblo español que exprese su opinión al respecto de las más variopintas materias de interés público, como hacen en Suiza, poco más o menos. Y una de las preguntas podría ser, sin ir más lejos: ¿quiere usted ser gobernado/a por nacionalistas? (Está claro que, si ganara el no en esta consulta concreta, se habrían de excluir de su presentación a cualquier cita electoral a los nacionalistas separatistas, lo que no significa necesariamente su ilegalización, ya que podrían convertirse en foros, plataformas, etc.) O bien: ¿Debe recuperar el Estado español las competencias exclusivas sobre enseñanza e información? ¡Oh! Sí, sí, votemos. Seguro que quienes proclaman eso de que “en un Estado normal, lo normal es votar” y sus variantes, se pondrían muy contentos. Así como la ingente abstención, que al no tener que pronunciarse por opciones partidistas concretas, seguramente se decidirían a manifestar su postura.
3 comentarios:
el sistema democrático vigente heredero de franco.
Tanto miedo a consultar al pueblo...no es muy democrático.
Para que realmente exista la libertad a la hora de votar, se han de conocer a fondo las dos opciones. En el caso catalánista la informacion sobre una de las dos opciones, la suya, esta totalmente adulterada, falseada, corrompida, pervertida, es una gran mentira, creada, inculcada y consolidada a lo largo de 40 años. Este es realmente el problema, que una de las dos opciones es falsa, entonces el votar de que sirve???????
Sí, sí, votemos. Démosle gusto al cuerpo y votemos. Así, pues, que el Estado proponga al pueblo español que exprese su opinión al respecto de las más variopintas materias de interés público, como hacen en Suiza, poco más o menos. Y una de las preguntas podría ser, sin ir más lejos: ¿quiere usted ser gobernado/a por nacionalistas? (Está claro que, si ganara el no en esta consulta concreta, se habrían de excluir de su presentación a cualquier cita electoral a los nacionalistas separatistas, lo que no significa necesariamente su ilegalización, ya que podrían convertirse en foros, plataformas, etc.) O bien: ¿Debe recuperar el Estado español las competencias exclusivas sobre enseñanza e información?
¡Oh! Sí, sí, votemos. Seguro que quienes proclaman eso de que “en un Estado normal, lo normal es votar” y sus variantes, se pondrían muy contentos. Así como la ingente abstención, que al no tener que pronunciarse por opciones partidistas concretas, seguramente se decidirían a manifestar su postura.
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