(¡Ya soportamos el populismo! No pretendan asustarnos. Hay mucha gente harta de los políticos tradicionales que aguantamos y que nos machacan a impuestos. Y Pablo Iglesias, peor. No se hagan falsas ilusiones.
Y nadie se queja de que los impuestos sirven para construir hospitales, escuelas y un largo etcétera. No, la gente se queja de la repugnante corrupción y del repugnante despilfarro.
Gracias a todo eso, y más, el ciudadano dedica SEIS MESES de su trabajo, al año, para pagar al Estado. O sea, a nuestros políticos y sus políticas.
Un ejemplo de esta basura populista que ya sufrimos es este bochornoso espectáculo subvencionado con el dinero de nuestros impuestos. Un ejemplo entre miles.)
A finales del pasado mes de octubre Santa Cruz de Tenerife
vivió una esperpéntica escena, peor que la última entrega de la saga
Saw.
Una señora desnuda se subió a un escenario a ‘cantar’ durante una
eterna hora ‘Manolo, cómeme el coño’. Con distintos matices, a veces
susurrando, otras gritando, incluso tartamudeando, Nuria Delgado
protagonizó una performance sin precedentes.
Se
vé que el susodicho, Manolo, no estaba muy por la labor de acudir a la
llamada de su Eva, ya que después de sesenta minutos de tedio y
vulgaridad, el hombre no apareció. Sólo un xilofón acompañaba la
‘interpretación’. Despojada de su ropa interior, Delgado dejó a más de
uno boquiabierto en el Espacio Cultural El Tanque y, presuntamente, a
algún otro de rodillas frente a una palangana.
Para ahorrarles la hora de actuación, que existe y ha sido colgada en youtube, les reproducimos a continuación un extracto de... bueno, de lo que sea 'esto':
"Manolo cómeme el coño". El festival subvencionado por el gobierno autonómico de Canarias.
Como viene siendo costumbre con estos festivales de la
ordinariez, el dinero público siempre está por medio. Delgado, tal y
como indica eldía.es, actuaba en el marco del Festival Keroxen.
En la web de dicho evento
aparecen como principales patrocinadores el Ministerio de Cultura, el
Cabildo de Tenerife y el Ayuntamiento de la capital isleña. Sin entrar
en el color político de sus mecenas -bueno sí, la mayoría del Partido
Popular-, queda claro el destino de nuestros impuestos. Mientras una
señora en Reus fallece víctima de la pobreza energética, fondos públicos
son empleados en ver a una señora con sus partes al aire rogándole a un
señor que le practique sexo oral.
Si esto es ser moderno, progre o ‘Cultura’, que alguien fabrique una máquina del tiempo, porque me pido el primer viaje.
(La Gaceta)
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