(Actividad preferida de muchos ciudadanos. Pasar de 'Mamá me mima' a las ubres de 'Papá-Estado'. Que me solucionen los problemas. Yo quiero ser un niño perpetuo. No tengo la culpa de nada.
PD. Esto no es incompatible con el abuso intolerable de los políticos, machacando a los ciudadanos a impuestos. Y con un alto nivel de despilfarro y corrupción. Repugnante, y me quedo corto.)
LA CULPA ES DE LOS CIUDADANOS.
Repitámoslo una y
mil veces, porque nunca es suficiente: el mejor amigo del hombre es el chivo expiatorio. La nevada del pasado fin de semana en
los accesos a Madrid por la provincia de Segovia ha desatado un descomunal
ataque al Gobierno de la nación. Niego la mayor. Yo creo que los primeros
responsables de los contratiempos sufridos son los ciudadanos que tomaron sus
coches y se echaron a la carretera ignorando la infinidad de avisos al
respecto. Que no fueron de última hora.
El jueves 4 a las 17.38 ABC.es publicaba la noticia
de que «Aemet avisa de nevadas intensas el fin de semana».
Y el viernes 5 a las 21.44 la noticia era que «La
DGT avisa: la operación retorno se puede complicar en el norte y más para los
coches sin ruedas de invierno». Al igual que en
ABC la noticia apareció en otros diarios, emisoras de radio y televisión. Pero
muchos ciudadanos se creyeron por encima de las fuerzas de la naturaleza.
Confieso que habla
quien ha cometido el mismo pecado. El 26 de diciembre de 2004,
a las 10.45 salí de Santander hacia Madrid a pesar de las advertencias de
fuertes nevadas. Ante el aviso, evité el Puerto de El Escudo y opté por ir por
Bilbao y tomar la A-1. A las 12,45 estaba bloqueado a 40 kilómetros de Burgos,
a donde llegué a las 20,00. Una hora después tomaba refugio en el bar de una
estación de servicio en Sarracín, donde pasé la noche durmiendo en el
suelo.
¿Fue culpa del
Gobierno Zapatero? No. Fue culpa de un ciudadano que sufría un simple mal
de amores que le precipitó a desafiar la evidencia meteorológica. (Y nadie
habla de aquella nevada porque coincidió con el tsunami de Indonesia que costó
la vida a decenas de miles de personas).
Hoy en día muchos
ciudadanos están empeñados en informarse por Twitter, Facebook y cosas
similares que son sumideros en los que se vuelca una ingente cantidad de basura
en la que nadie te hace un filtrado para seleccionar lo relevante, que es lo
que hacemos los periodistas. Cualquiera que leyera la información de ABC.es el
viernes por la noche sabría que no tenía derecho a denunciar al Gobierno.
Si yo fuera el responsable de la DGT no
pediría perdón por lo que la gente hizo mal. Pero supongo que por eso nunca ostentaré
un cargo público. Porque yo pediría a esos españoles que ignoraron los avisos
que paguen ellos el coste de la operación de rescate. Y a todos los que iban en coches sin cadenas ni tracción a las
cuatro ruedas les cobraría un plus.
Porque esos son los que bloquean las
carreteras y hacen imposible el acceso de las máquinas quitanieves. Pero ya se
sabe que esto es muy impopular. Que hay que echar la culpa a papá estado que
nos tiene que resolver hasta nuestras insensateces. Una de las pocas cosas positivas
que escuché en todos los años de pujolismo fue la idea de mandar a los
alpinistas extraviados el coste de la factura de su rescate. Pues... tomemos
nota.
(Ramón Pérez-Maura/ABC.)
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