Quizás para mucha gente, meterla, meter una hojita, un papelito con un listado de lactantes (por no llamarles mamones) que otros han redactado por ti (papelito que más pronto que tarde acabará en algún cubo o contenedor), votar, en definitiva, es el acto definitorio de la democracia. Yo diría que ya estamos viendo que no, pero ¡en fin! Más bien me atrevería a asegurar que no cabe hablar de democracia genuina si el pagafantas, el blasillo “soberano”, el pueblo pagano, carece por completo de mecanismos para controlar el destino de los cuartos que salen de sus doloridos bolsillos, el llamado dinero público. Me parece inefable, es decir, que no hay palabras que puedan describir la indignación e impotencia que se puede sentir contribuyendo al bienestar de un canallita o sosteniendo económicamente un proceso de almoneda de tu propia casa.
2 comentarios:
Quizás para mucha gente, meterla, meter una hojita, un papelito con un listado de lactantes (por no llamarles mamones) que otros han redactado por ti (papelito que más pronto que tarde acabará en algún cubo o contenedor), votar, en definitiva, es el acto definitorio de la democracia. Yo diría que ya estamos viendo que no, pero ¡en fin! Más bien me atrevería a asegurar que no cabe hablar de democracia genuina si el pagafantas, el blasillo “soberano”, el pueblo pagano, carece por completo de mecanismos para controlar el destino de los cuartos que salen de sus doloridos bolsillos, el llamado dinero público. Me parece inefable, es decir, que no hay palabras que puedan describir la indignación e impotencia que se puede sentir contribuyendo al bienestar de un canallita o sosteniendo económicamente un proceso de almoneda de tu propia casa.
Sí, esto podría calificarse más de partitocracia que de democracia. Y con una corrupción intolerable. Triste y peligroso panorama.
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