¿QUÉ IGUALDAD?
La presentadora de TVE, Ana
Blanco, en el debate de 4-noviembre 2019, dijo: ‘Esta no es una foto de
igualdad’. Antes de
iniciar el bloque sobre Política Social e Igualdad, criticó que ‘no es una
foto de igualdad un debate con cinco hombres y ninguna mujer’.
Daremos por sentado que, en la cultura política actual,
exigir igualdad igualitaria se considera lo más progresista.
¿Qué entendemos por igualdad igualitaria o
igualitarismo? No hay una única opinión al respecto. Según Karl Popper, ‘el
igualitarismo quiere que todos los ciudadanos sean tratados imparcialmente, sin
que se tenga en cuenta su nacimiento, sus relaciones o su fortuna’.
Digamos, antes de seguir, que estoy de acuerdo
con Popper. Pero no todos opinan que el igualitarismo es esto. Supondré que, en
la cultura política de izquierdas, en España, se entiende por auténtica
igualdad el igualitarismo numérico. Por ejemplo, la citada Ana Blanco se quejó
de la falta de igualdad porque había cinco hombres y ninguna mujer en el
debate. Queda la pregunta de si habría dicho lo mismo si hubiese habido cinco
mujeres y ningún hombre.
Pero dejemos esto y centrémonos en el
igualitarismo progresista. En este ejemplo, el igualitarismo habría sido tres
mujeres y dos hombres. ¿Por qué una mujer más? Porque, desde una perspectiva de
izquierdas, hay que primar a los más oprimidos y desfavorecidos. Y las mujeres,
según la fuerte influencia del feminismo radical, están oprimidas por los
hombres.
Otro
ejemplo para confirmar el igualitarismo numérico de la izquierda, lo tenemos en
las cuotas. Según
El ‘Diario.es’ (21/11/2015) en un escrito que inicia con ‘A favor de las cuotas
para mujeres’, ’En España, las mujeres representan menos del 10% de los
embajadores, menos del 14% de los jueces del Tribunal Supremo, menos del 30% de
los ministros, menos del 20% de los catedráticos, y así podríamos seguir
enumerando multitud de profesiones…
En los
consejos de administración de las grandes corporaciones europeas que cotizan en
bolsa, los últimos datos hablan de un escaso 18,6% de presencia femenina en
media’.
El mismo periódico digital
(6/10/2018) añadía: ‘Las mujeres son ya el 53% de la judicatura, pero solo
el 27% de la cúpula de los órganos superiores’.
Aunque no aclaraba si había que reducir este
53% de las mujeres jueces y pasarlo al 50%, lo que parece claro es que la
izquierda entiende la ‘verdadera igualdad’ como igualdad numérica.
Sin embargo, esta idea
izquierdista de la igualdad tiene problemas. Para empezar, supone que toda
desigualdad es una injusta discriminación. Por ejemplo. Pepito es un niño muy
estudioso que saca brillantes notas. Pepita es una niña muy alegre que estudia
poco y saca malas notas. Por tanto, esta desigualdad en las notas de Pepito y
de Pepita, es una injusta discriminación. ¿Es cierto?
Claro que no. Igual que si
Pepita saca brillantes notas y Pepito malas. Tampoco sería injusta
discriminación. ¿Qué significa esto? Que considerar todas las desigualdades como
injustas discriminaciones es absurdo, y elimina algo muy importante, el mérito.
¿Nos gustaría que Rafa Nadal ganara torneos porque es un chico muy majo? No.
Admiramos su esfuerzo, su espíritu de lucha y su técnica. Entendemos que ha
ganado porque ha hecho méritos para ello.
Con las cuotas pasa algo
parecido. Dicho en román paladino. ‘Usted señora, no tiene méritos suficientes
para ocupar este cargo, pero, como es mujer, le colocamos un sillón’. O sea, el
mérito se sustituye por el hecho aleatorio de haber nacido con unos órganos
sexuales u otros.
¿Significa esto que sea bueno
que no haya mujeres en la judicatura, en la enseñanza, prensa, etcétera? No.
Sería muy malo. Digo ‘sería’ porque en el mundo real ya hay muchas mujeres en
la judicatura, en la enseñanza, en la política, prensa...
Y algo más importante. Las
leyes tratan en pie de igualdad a hombres y mujeres. ¿Qué quiere decir esto?
Que una mujer puede ser juez, profesora, piloto de aviación, inspectora de
Hacienda, ministra y un largo etcétera. Si se lo propone. Esto sucede hoy en el
mundo real. Ahora bien ¿Significa que no hay nada que mejorar? Siempre se puede
y se debe mejorar.
Por ejemplo, las condiciones
de partida. ¿Y eso qué significa? Imaginemos una hipotética carrera de la vida.
Supongamos que todos- hombres y mujeres- estamos situados en la misma línea de
salida. Pero resulta que varios de ellos no han podido desayunar, porque
carecían de medios económicos. En este caso hipotético, la igualdad de salida
de los participantes no sería justa. Esto quiere decir, al menos, dos cosas.
Que una sociedad que se pretende justa debe hacer todo lo posible para que
estas graves desigualdades de partida, u otras parecidas- que sean realmente
injustas- no existan, o disminuyan drásticamente.
Y el
otro aspecto importante, es asumir que una igualdad absoluta no existe, ni
puede existir. Lo que más se parecería a esta igualdad absoluta, sería una
sociedad totalmente militarizada en la que todos vistieran igual, comieran
igual, ganaran igual, etcétera.
O
sea, tenemos que entender que no todas las diferencias o desigualdades son
injustas. Al contrario, ciertas desigualdades son justas porque responden a
méritos merecidos. Que nunca se consiguen en circunstancias sociales absolutamente
perfectas. La perfección no existe. Además, sin el reconocimiento de méritos
merecidos, lo que conseguimos es el empobrecimiento de la sociedad. Moral y
económicamente.
Con el añadido de una grave injusticia. Les
estamos diciendo a las jóvenes generaciones- de manera directa o indirecta-:
‘No te esfuerces. No destaques, es humillante para los demás’. La consecuencia
es que millones de personas dejarían de dar lo mejor de sí mismos. Ellos se
empobrecerían y, de paso, empobrecerían a la sociedad.
¿Y
qué harían estos millones de personas, no acostumbradas a dar lo mejor de sí
mismos y a rechazar el esfuerzo y el mérito?
Depender de la sopa boba de
Papá/Estado todopoderoso, que guía a los súbditos- ya no son ciudadanos- de la
cuna a la tumba. Es la igualdad progresista, que elimina cualquier diferencia
porque la identifica- absurdamente- con discriminación.
Resultado: mediocridad
igualitaria. Lo llaman progreso.
Sebastián Urbina.
(Publicado en ElMundo/Baleares/23/2/2020.)
1 comentario:
ENTRADA MUY ACERTADA. AÑADO POR MI CUENTTA: EN LA DESIGUALDAD CONSEGUIDA POR MÉRITO CONSISTE EL PROGRESO
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