(¿Qué más hace falta para ver que todo esto es una nauseabunda comedia?
Una vez más. No esperaba menos de esta clase política carente de escrúpulos.
Mi esperanza está en los ciudadanos. Con la esperanza de que no estén aborregados.
O sea, que no traguen las mentiras y medias verdades de los siervos mediáticos subvencionados por el gobierno. Si ya no son ciudadanos sino súbditos, la democracia será sólo un nombre bonito. Todo fachada.)
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