¡¡¡FUERA SÁNCHEZ!!!
Encuesta de Target Point
Sánchez recibe un rotundo «no» de los españoles aun sin urnas: el 77 % rechaza su pacto con Junts.
(Ana Martín/El Debate/20/11/2023.)
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No se trata de ir a elecciones
Lo que el PSOE está haciendo es ilegal con los 121 escaños que tiene ahora pero lo seguiría siendo si tuviera 176. La Constitución es cristalina a ese respecto
Escucho
a menudo a Alberto Núñez Feijóo decir que lo justo sería repetir las
elecciones. Que se vuelva a votar toda vez que la primera medida del
nuevo Gobierno (la amnistía) no solo no aparecía en el programa del
PSOE, sino que el hoy presidente aseguraba que era manifiestamente
ilegal e inconstitucional.
Me
parece legítima su reclamación, sobre todo a la vista de la encuesta
que publicamos ayer, según la cual el PSOE retrocedería. Pero a mí como
defensor y lector de la Constitución no me vale. Lo que se quiere evitar
(el golpe a nuestro Estado de derecho) no se arregla votando hasta que
salga un resultado que nos guste un poco más. Se arregla con la
Constitución, que es la ley que nos iguala a todos. Al maño con el vasco
y al rico con el pobre.
Lo
que el PSOE está haciendo es ilegal con los 121 escaños que tiene ahora
pero lo seguiría siendo si tuviera 176. La Constitución es cristalina a
ese respecto.
¿Que
usted quiere acabar con la igualdad entre españoles (artículo 1.1) o
con la «unidad de la Nación española» (artículo 2)? Pues lo que tiene
que hacer es seguir el camino que marca el artículo 168, y que es
justamente el que evita que una mayoría cogida por los pelos como la
actual ponga nuestra convivencia mirando a Waterloo.
Es por esto por lo
que voy a Cibeles. Y me gustaría pensar que quienes se manifiestan
piensan lo mismo: que ese artículo no solo nos protege contra Pedro
Sánchez, sino ante cualquier otro que juntando 176 diputados se sienta
tentado de hacer con nuestro ordenamiento lo que le venga en gana.
¿Y
que dice el artículo 168? Pues que si usted quiere cambiar puntos como
los ya citados tiene que aprobar esa reforma con una mayoría de dos
tercios de cada Cámara (una mayoría de verdad, no como la de ahora, que
van contando escaños con los dedos).
Después habría que disolver las
Cortes, convocar elecciones y que el parlamento resultante ratifique
otra vez el apaño por mayoría de dos tercios.
Una vez conseguido, se nos
preguntaría en referéndum a todos los españoles. Insisto en lo de
«todos», no valdría con que voten solamente del Ebro para arriba.
Y
ya estaría. Todo lo demás es cháchara política e ilegalidad.
Aceptar
que «todo cabe» porque tienes un juez amigo en el Constitucional y una
exposición de motivos redactada con mimo nos deja desnudos como país.
Por
eso cuando salgo a la calle no me mueve únicamente el rechazo a Pedro
Sánchez, sino el deseo de permanencia de una norma que prevé este tipo
de ocurrencias. Y me gustaría pensar que, si alguien de la otra orilla
quisiera hacer lo mismo, España también se levantaría.
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