La cultura de la muerte comienza a extenderse cada vez por más países, uno de ellos Polonia, un territorio que siempre ha estado a favor de la vida.
Desde la llegada de Donald Tusk, primer ministro, la polémica del aborto se ha revivido, ya que intenta a toda costa avanzar para legalizar esta controvertida práctica.
Sin embargo, a pesar de sus múltiples intentos, el Parlamento polaco le ha adelantado que no participará en su juego.
(María Fernández/El Debate/27/8/2024.)
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