(CREO QUE LAS ÉLITES POLÍTICA EUROPEAS MERECEN NUESTRO DESPRECIO. EL MÍO DESDE LUEGO.
ME REFIERO A SOCIALISTAS, POPULARES, LIBERALES Y VERDES, QUE DOMINAN LA UE.)
DESPUÉS DE CRISTO.
Lo que viene después de la descristianización no es la nada sino la ley de la selva. El hombre tiene que creer en algo. Estamos diseñados para trascender, configurados para la esperanza. El nihilismo, en realidad, no ha convencido a nadie nunca, está más cerca de ser una patología individual o una actitud coyuntural que un propósito vital.
El nihilismo carece de fuerza y estructura, es sólo un veneno destructor que vacía al hombre artificialmente, pero que no lo castra moralmente porque es imposible, de modo que tarde o temprano vuelve a enfrentarse a las mismas preguntas: ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Por quién?
Así, cuando las élites políticas europeas pusieron en marcha la renuncia de Europa a sus raíces cristianas, cuando varias de sus naciones apostaron por un laicismo totalitario, lograron en efecto borrar parte de la huella cristiana en la sociedad, pero dejaron la casa común al cuidado de nadie.
No hacía falta ser un profeta acreditado para saber que ese vacío no lo ocuparía una ética laica o una obediencia religiosa al civismo o la propia burocracia que excita a los dinosaurios de la Comisión Europea, sino la corriente más fuerte de las presentes. Y es, más aún a medida que abrimos por completo nuestras fronteras, la islamista.
(Itxu Díaz/La Gaceta/9/1/2025.)
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