sábado, 6 de diciembre de 2008

CARLOS DELGADO Y EL RESTO.


  • La voz digna de Delgado y los silencios estruendosos.
  • A medida que nos vamos afinando en materias democráticas, los ciudadanos vamos complejizando nuestros juicios de valor sobre los políticos, ponderando no solo lo que dicen, sino lo que callan. El centro-derecha es especialmente exigente con los silencios en cuestiones importantes, ya que la izquierda, como es sabido, aquí y en Honolulú, siempre ha pretendido ser valorada por lo que dice, no por lo que hace o por lo que calla.

  • En buena teoría, no hay ninguna razón para que ser de izquierdas sea sinónimo de ser maleducado. De hecho, todos conocemos a socialistas impecables en las formas y respetuosos con sus adversarios, por más que, desde la irrupción de Zapatero en el PSOE, las maneras y los discursos se han deteriorado ostensiblemente. Sujetos como Pepiño Blanco o comportamientos agresivos como apedrear las sedes del partido adversario son impensables en la derecha. Como son impensables afirmaciones como las del presidente de la Federación Española de Municipios, Pedro Castro, que califica de “tontos de los cojones” a los votantes del PP.

  • Estamos ante un salto cualitativo en los usos del insulto: de insultar al adversario político se ha pasado a insultar a los ciudadanos- diez millones- que votan a este adversario. Se supone que el partido al que han votado estos diez millones de españoles saldrá, de forma rotunda, en defensa de estos votantes. Así ha sido, en Madrid, pero no en Baleares donde el silencio- una vez más- ha sido la norma. Con una sola y significativa excepción: la voz digna de Carlos Delgado que, casi como un autómata, ha sido el primero en España en censurar al presidente de los Municipios, exigiendo su dimisión por el intolerable insulto a los votantes del PP. El resto del PP balear, silencio.

  • Pero el silencio habla a veces más que las palabras, sobre todo cuando es la forma habitual de expresión ante cualquier cuestión que afecta al colectivo que más debería mimar el PP balear: sus votantes. Los silencios del PP balear sobre los asuntos que más preocupan o molestan a sus votantes- por ejemplo, la lengua y la libre elección de la misma en la enseñanza- son ominosos y, en el fondo, son signo del profundo desprecio hacia unos votantes que- piensan- tienen seguros, aunque sea por el voto útil. A la cúpula del PP balear parece que le importa un rábano que sus votantes sean calificados de “tontos de los cojones” de la misma forma que les importa un rábano lo que piensan sobre la lengua y otras cuestiones graves. La cúpula del PP balear está, cada vez más, instalada en un morboso autismo que gira en torno a la exclusiva ocupación física del poder, presente- limitado- o futuro, amplio, eso esperan, al menos. Menos mal que voces dignas como la de Delgado tienen, además de salir al paso de unos insultos, la virtud de patentizar los silencios que hablan más que mil palabras. (Antonio Alemany)

7 comentarios:

Anónimo dijo...

El PP se piensa que tienen que votarle por guapo, porque es el PP y andan muy equivocados.Hay partidos que se mueven más.

Anónimo dijo...

Ojalá votásemos a listas abiertas. Sería la primera vez en muchos años que, en las autonómicas, votaría a alguien que siento que me representa. Sin duda, a Carlos Delgado.
Mientras tanto votaré a UPyD, aunque en otras cuestiones no comparta su ideario.

saludos

Anónimo dijo...

¿Cuales?

Porque yo no quiero votar a la izquierda, pero tampoco me gusta ya el PP ¿a quien puedo votar? No veo a nadie más, ni quieto ni moviéndose.

Y no me hable de Rosa Díez, no le niego sus puntos buenos, pero otros son inadmisibles.

Conclusión, esto de los votos no funciona.

Anónimo dijo...

Alfredo Landa se ha definido como de derechas, o sea lo que Castro diria "Tonto de los cojones" y el PP no puede ofenderse por la frase de Castro, ya que el PP es zentro, o no se sabe qué.

Fernando Brotóns dijo...

El silencio en politica, supone otorgar. La efemerides de la Constitución se celebra, pero ni se condena su maltrato, ni se pide orden de alejamiento de la politica a sus maltratadores. Se ha impuesto el doble discurso tanto en el gobierno como en la Oposición, ambos comodos con su status y contrarios a la regeneración democrática.

Anónimo dijo...

Hay que decirle bien claro al PP: que no queremos nacionalismos, ni corrupción, ni ser catalanes, fuera .cat y defender nuestra propia lengua, el mallorquín, y el bilingüísmo. No importa si se pierden votos, que no se perderán...

Anónimo dijo...

Y que dejen los peperos de hacerse los simpáticos con el PSOE y adláteres, "al enemigo ni agua", como hacen ellos.