4/12/2008.
De blog a blog y tiro porque me toca.
(del blog de Pío Moa)
Otra cuestión: las personas del blog contrarias a estos simpáticos no debieran retroceder ante ellos y debieran aprender a tratarlos, en lugar de cederles el campo o maldecirlos sin más, o pedirme que los borre. Me permito señalar que gracias a esta mezcla de retiradas pusilánimes y cabreos , en parte justificados, pero inútiles, la ideología de
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CIUDADANOS RESPONSABLES.
Que conste que no me quejo. Al contrario, agradezco la participación de los comentaristas. De unos más que otros. Ya lo decía Orwell, 'todos somos iguales pero unos somos más iguales que otros'. En resumen, apoyo las palabras de Pío Moa. Resulta que, en ocasiones, la mayoría es silenciosa. La consecuencia es que una minoría consigue (al menos a veces) dar la impresión de que domina. Esto sucede en muchos ámbitos.
Con independencia de la simpatía que tenga por Piqué (que no le tengo) es intolerable que una cuadrilla de semovientes (sectarios y de izquierdas) impidan la celebración de una conferencia en una Universidad. Esta vez madrileña. La tolerancia es, habitualmente, mal comprendida. Especialmente en España. No se puede ser tolerante con los intolerantes. A estos fascistas había que echarlos del recinto. Una minoría antidemocrática no puede imponerse a una mayoría demorática impidiendo la libertad de expresión.
Volviendo a los blogs. Muchas veces da pereza decir cosas que ya hemos repetido, o contestar a personas que, en muchos casos, no son internamente coherentes (me refiero a su propio discurso) o desprecian y tergiversan los hechos. Pero así es la vida democrática. Si la mayoría, por los motivos que sea, deja que las minorías fanáticas avancen en el metafórico campo de batalla ideológico, será a costa de las mayorías democráticas.
Aquí aparece el problema de la 'cosa pública'. No cuido el parque por que 'es de todos'. No contesto las barbaridades y mentiras porque no se dirigen directamente a mí. Pero, en realidad, se dirigen a todos. Todos quedamos afectados aunque sea indirectamente. Lo mismo sucede con el asesinato de hace dos días. Nos afecta a todos. Afecta a todas las personas decentes, con distintos grados de intensidad. Sólo deja de afectar a las hienas. Que las hay.
Sebastián Urbina.
Cuando los nazis vinieron por los comunistas / me quedé callado; / yo no era comunista. / Cuando encerraron a los socialdemócratas / permanecí en silencio; / yo no era socialdemócrata. / Cuando llegaron por los sindicalistas / no dije nada; / yo no era sindicalista. / Cuando vinieron por los judíos / No pronuncié palabra; / yo no era judío. / Cuando vinieron por mí / no quedaba nadie para decir algo.
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