CATALUÑA PREFIERE LA POBREZA CULTURAL A MANTENER EL CASTELLANO.
Josep Xicart, profesor de lengua castellana y autor del libro «Tejiendo palabras»
Publicado Sábado , 08-05-10 a las 22 : 21 (ABC)
En una Cataluña oficialmente bilingüe, aunque catalano confesional, «cada vez cuesta más trabajo encontrar personas que se expresen en castellano con propiedad».
Así lo cree el filólogo catalán Josep Xicart (Badalona 1969), que lleva años advirtiendo de la progresiva analfabetización de la población catalana. Xicart lucha a contracorriente para preservar el castellano en una comunidad en la que la lengua autonómica va ganando terreno día a día por imperativo político. Este experto en lengua, que imparte clases particulares en la red Educa-Systems desde 2004, acaba de publicar el manual práctico de castellano «Tejiendo Palabras» con la intención de acercar esta lengua, prácticamente desterrada de los ámbitos de la administración, al ciudadano de a pie y devolverle la dignidad perdida. «La Generalitat antepone la pobreza cultural a mantener el castellano. Es duro pero es así», explica en una entrevista a ABC.
—¿Cree que los niños catalanes hablan bien el castellano?
—No, y es un no tajante. Está claro que la exposición a los medios de comunicación, que han ido empobreciendo su lenguaje, y el uso de los móviles con sus expresiones elípticas, son una mala influencia para los alumnos. Le aseguro que he vivido situaciones realmente impactantes.
—¿Por ejemplo?
—No ha pasado sólo una vez, sino varias, que he introducido la palabra «acuñar» en una frase y me han preguntado su significado. La pronuncio y veo sus caras de póquer. No exagero, muchos alumnos desconocen el término y eso es preocupante. También me intranquiliza que haya universitarios que usen expresiones propias de los adolescentes. En los ferrocariles he oído a jóvenes de 20 años pronunciar la frase: «El sábado pillé una taja».
—¿La inmersión lingüística en las escuelas ha acelerado este proceso?
—Sin duda no ha ayudado. No todo el mundo está de acuerdo con el modelo. Hay muchas personas nacidas en Cataluña que defienden un modelo de enseñanza realmente bilingüe de calidad. No obstante, los que luchamos por preservar estos derechos estamos muy mal vistos.
—¿Se siente Quijote?
—Totalmente. Como le digo es duro ir a contracorriente y defender los derechos de una lengua en un territorio hostil. Ser profesor de castellano no está bien visto aquí, pero sí lo está en otras comunidades. En general, la profesión se ha desvirtuado porque hay muchos docentes que no tiene vocación e imparten clases sólo para ganar dinero. Si no estás capacitado para dar clases como filólogo, tu influencia es en ese caso negativa. Están desapareciendo los grandes profesores de Lengua Castellana.
—A su entender, la cohabitación lingüística es fuente de confusión en el uso de las distintas lenguas en algunas comunidades bilingües, ¿pasa eso en Cataluña?
—Por supuesto. En Cataluña hay importantes déficits que se han acentuado en estos últimos años. El castellano se ha ido empobreciendo porque la lengua hegemónica es, por imposición política, el catalán.
—¿Cuáles son los déficits lingüísticos más frecuentes en materia de lengua castellana?
—Hay varios. En general, los alumnos tienen un léxico muy precario, dificultades para estudiar ideas, problemas para discernir nexos, conjunciones, para colocar los acentos diacríticos o definir las categorías gramaticales
—¿Qué efecto ha tenido en la evolución de las dos lenguas oficiales el impacto de la inmigración?
—Es difícil responder a esta pregunta. Lo que sí se ha producido es una tendencia a tener la inmigración controlada y eso conduce, a veces, a adoptar posturas más extremas. La riqueza de un país es poder aceptar su diversidad lingüística. La inmigración va mucho más allá del nivel C de catalán.
—Las asociaciones de defensa del castellano tienen una visión apocalíptica de la situación, ¿la comparte?
—En cierto modo sí, porque la situación de la lengua castellana es complicada, aunque no es un proceso inexorable. Sólo los políticos pueden cambiarlo.
1 comentario:
ABC vuelve a colarnos un titular de dudoso rigor (aunque esta vez proceda de las palabras del profesor). Como profesor y filólogo con más años de experiencia que el entrevistado, puedo hablar con conocimiento de causa sobre el asunto. Las quejas que profiere acerca de los "niños" catalanes son pueriles: si la mejor muestra de que los niños catalanes hablan un mal español es que ha descubierto que ignoran qué significa "acuñar" (el ejemplo es para partirse), yo afirmo que este profesor no tiene los pies en el suelo. Antes de circunscribir su afirmación a los catalanes debería haber consultado estimaciones comparativas acerca del léxico de niños de otras comunidades; si lo hubiera hecho, habría descubierto que son muy pocos los niños españoles que conocen el significado de esa palabra. Dejando al margen lo desacertado de su ejemplo (que tan revelador es sin embargo para él), el léxico de los niños-jóvenes españoles es generalizadamente pobre. En mi diagnóstico (no hay que ser un lince para saberlo), las causas son evidentemente la falta de lectura y la adicción a la televisión y videojuegos o sucedáneos. Y la pregunta es si esa falta de vocabulario a esas edades no existía igualmente hace unos 30 años, por ejemplo. Entonces (años 70-80) la mayoría de mis compañeros de colegio (privado, religioso, en una región no bilingüe) también desconocían el significado de ésa y de otras muchas palabras similares. Yo lo conocía porque, modestamente (y ni más ni menos que otros compañeros) era un lector ávido.
En resumen: los chicos de hoy tienen ciertamente una notable falta de vocabulario (estimo que similar a la de mi generación en su día). Pero si debe criticarse a la educación bilingüe catalana (cosa muy lícita) el ejemplo buscado es... rebuscado.
Menudo profesor: si no saben qué significa "acuñar", no te escandalices y enséñaselo...
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