(Reparte su tiempo entre el odio, el fanatismo y la ignorancia.)
Pilar Manjón: «Odio al negro de la Casa Blanca. Quiero a mis niños asesinados en Gaza»
EP / Madrid
Día 31/07/2014
- 15.57h
La presidenta de la Fundación 11-M Afectados por el Terrorismo, en Twitter: «Quiero que la P de su mujer retire el vídeo de las niñas secuestradas»
(ABC)
Oriente Medio
Sándwich palestino
No lo digo yo, lo dijo una joven que más razón
no podía tener cuando describiendo la situación de Gaza señaló que ellos, los
palestinos se encuentran entre los bombardeos israelíes y los terroristas de
Hamás, los que se cuelan por esos túneles secretos con la intención de además
secuestrar, asesinar y lanzar tiros de cohetes desde esos escondites; lo
que a la larga brinda la imagen tragicómica de una especie de sándwich palestino. Nada más
ordinario si contamos los miles de muertos entre un bando y otro.
Si Israel no bateara las bombas como lo hace con las suyas propias los muertos se contarían entonces por millares, serían desde luego muchísimos más. Es tremendo entonces que para evitar más muertes se deba recurrir a la muerte misma. Pero eso es la guerra. Matar para vivir. Por eso estoy en contra de las guerras, porque se debiera vivir para vivir. Pero nada es perfecto.
El dolor del dólar de la mujer palestina, lo que cada vez va siendo menos comprensible si llegamos a la conclusión que su dolor lo expresa en contra de Israel, pero jamás en contra de Hamás, o sea, nunca en contra de los que han provocado esta guerra, no lo olvidemos, y nevermore –gracias Poe otra vez- en contra de los terroristas que gobiernan su país y que probablemente ella misma eligiera en las urnas.
Confío en la visión de la primera testigo, de la joven que sabe de lo que habla porque se encuentra en el medio, justo en el centro del horror, como en una especie de bocadillo, aplastada por unos y por otros, tironeada entre tirios y troyanos, como dice el refrán, que tiene más de trágico que de cómico.
Esperemos que Israel por fin acabe de una vez y por todas con Hamás, creo que sería la única solución para la paz.
ISRAEL, PALESTINOS, HAMAS.
Hamas, un dilema ético
La autora lamenta la banalización y la manipulación con que se informa de Oriente Próximo
Considera injustas las críticas que recibe Israel, cuando el objetivo de Hamas es destruirle
Actualizado: 22/07/2014 (El Mundo)
A la hora en la que escribo estas líneas,
según afirma la CNN, el saldo de las víctimas mortales de la actual confrontación
entre Israel y Hamas es de 571 palestinos y 27 israelíes. Cuando usted lea
estas líneas, seguramente el número será aún mayor. Las imágenes y los testimonios que nos llegan de Gaza dan fe del sufrimiento que ahí se padece y es imposible no conmocionarse con el dolor de las víctimas. Los medios, por su parte, nos acercan a esa realidad con la inmediatez y la pulsión de los nuevos medios y redes sociales, creando un estado emocional que no permite apenas reflexión. Lo que está pasando, lo sabemos. Pero no sabemos realmente por qué. Como destacaba el politólogo y ensayista italiano Giovanni Sartori, "se puede estar informadísimo de muchas cuestiones y, a pesar de ello, no comprenderlas".
Y es en esa nebulosa emocional, poblada de cadáveres y saturada de violencia visual, donde el campo semántico empleado se convierte en clave para la comprensión del mensaje. La banalización del lenguaje no sólo traiciona a la verdad, sino que resucita estereotipos y manipula los instintos más básicos.
Injustas y desmedidas acusaciones
Así, hemos podido asistir en estos últimos días a una lista de acusaciones contra Israel que incluso llegan a comparar lo que sucede en Gaza con el Holocausto. Cualquiera que haya abierto un libro de Historia sabe que eso es absolutamente falso y éticamente perverso. Pero es que el empleo de esta acusación no responde a una búsqueda de hechos y verdades, sino a una necesidad de reclutar "aliados emocionales". El eslogan se convierte en arma poderosa independientemente de que distorsione completamente la realidad. Sólo cuenta la sonoridad.Precisamente, en esa búsqueda de "sonoridad" se mueven gran parte de los textos que llegan desde el centro del conflicto. Pero igual que una crónica desde Gaza que no diera voz a las víctimas sería una vergüenza moral y un gran error periodístico, una cobertura del conflicto que se limite al testimonio no pasa de ser más que un ejercicio de amarillismo, y un elemento de confusión. ¿Nadie se ha planteado qué está fallando en la transmisión de la información cuando aún hoy, a pesar de las increíble cantidad de material que llega desde Israel, aún existen lectores y analistas que siguen afirmando que alguna vez existió un estado palestino que de buenas a primeras fue invadido por judíos o que Gaza está ocupada? ¿Cómo puede convivir tanta información con tanta ignorancia?
Porque apenas hay contexto. Sólo importa el aquí y ahora selectivo. Y sin embargo, en esta contienda se están planteando grandes preguntas éticas.
Tal vez nadie lo haya definido mejor que Fathi Hamed, parlamentario de Hamas, quien en 2008 declaraba a la televisión Al Aqsa: "Para el pueblo palestino, la muerte se ha convertido en una industria, en la que las mujeres sobresalen, al igual que todas las personas que viven en esta tierra. Los ancianos destacan en esto, y también lo hacen los muyahidines y los niños. Es por ello que se han creado escudos humanos de las mujeres, de los niños, de los ancianos y de los muyahidines, con el fin de desafiar a la máquina de bombardeo sionista. Es como si estuvieran diciendo al enemigo sionista: 'Deseamos la muerte tanto como tú deseas la vida'".
Hamas y la victimización de su pueblo
Hamas busca la destrucción del Estado de Israel y de los judíos en general a través de la victimización de su propio pueblo.La estrategia es sencilla: atacar a su poderoso enemigo hasta que éste se sienta forzado a responder. Dispara desde colegios, convierte sus hospitales en arsenales, se esconde tras sus civiles, llama al martirio, etcétera. El empleo de escudos humanos le parece válido y exitoso porque sabe que mientras más sufra su pueblo más contará con la indignación de la opinión pública.
Hamas inició esta escalada violenta, Hamas rechazó las ofertas de alto el fuego, Hamas manda a su pueblo a la muerte, pero es Israel quien debe responder ante los articulistas.
Y la pregunta que se plantea es: ¿cómo se combate contra un enemigo que busca tu muerte a través de la suya propia?
Masha Gabriel es directora de 'ReVista de Medio Oriente'.
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Señor Javier Bardem:
En respuesta a su “carta abierta…” me gustaría puntualizar que usted utiliza terminología inadecuada por lo que le aclaro de forma pública y abierta.
Genocidio
Un genocidio es el exterminio sistemático de un grupo social, motivado por cuestiones de raza, religión, etnia, política o nacionalidad. Se trata de un asesinato de masas que busca la eliminación del grupo y que, incluso, puede incluir medidas para evitar los nacimientos.Tras leer la definición de “genocidio”, ¿a usted le parece que lo que sucede en Gaza es un genocidio?
Ocupación
Desde el año 2005 Israel se retiró de la llamada “ocupación de la franja de Gaza”.¿Usted ve que una acción contra grupos terroristas es ocupación?
Barbarie y crueldad
¿Llama usted “barbarie” a que los terroristas de Hamás y la Yihad islámica obliguen de forma sistemática a los civiles de Gaza a permanecer en los lugares donde el Ejército de Defensa de Israel informa por SMS, octavillas y otros medios que va a atacar por ser objetivos militares contra lanzaderas, depósitos de armas o túneles de ataque que desembocan en territorio soberano israelí para perpetrar atentados terroristas?¿O llama usted barbarie a las víctimas civiles que los terroristas utilizan como escudos humanos para luego mostrar al mundo fotografías desgarradoras?
Nacimiento de su hijo
No tiene usted que justificarse por haber elegido el Hospital Monte Sinaí para el nacimiento de su hijo.Todos queremos lo mejor para nuestra familia y elegir, si se puede económicamente, a una de las mejores instituciones para el parto de su esposa y nacimiento de su hijo debe ser un orgullo.
Lo que precede a esta elección es que lo que usted bien sabe, es que los judíos e Israel han aportado a la medicina y a la ciencia en este caso grandes adelantos. Son los mismos, sí, los mismos que hoy usted agrede y condena.
Los parangones que hace son para que no le critiquen entre sus amistades progresistas.
Vergüenza
No le he escuchado nunca su opinión sobre otros conflictos en los que hay miles de muertos, niños y mujeres inocentes. Para no ir muy lejos me refiero por ejemplo a los cientos de miles en Siria.Tampoco le escucho reclamar a los países árabes que desde hace tiempo se abstienen de condenar a Israel, como usted lo hace, en defensa de sus hermanos palestinos. Tampoco les reclama a ellos ayuda para evitar este conflicto ya que sabe que como muchos otros países occidentales están muy comprometidos en la lucha contra el terrorismo que también sufren en sus países.
Conclusión
La sociedad y el gobierno de turno israelí, porque Israel es una democracia –la única de la zona, donde incluso hay árabes-israelíes miembros del parlamento– repudian la violencia y quisieran vivir en paz con sus vecinos, como ya lo hacen con Jordania y Egipto.Yo me avergüenzo de que una persona como usted no condene el lanzamiento de misiles contra la población civil de Israel, que si no tuviese la llamada “Cúpula de Hierro” estaría llorando a sus muertos civiles como lo hacen los palestinos de bien, rehenes del terrorismo del Gobierno de Hamás en la franja y de otros grupos terroristas como la Yihad islámica.
Sus amigos en Estados Unidos pueden estar y manifestar su desacuerdo con la operación, como lo pueden estar israelíes, pero lamento decirle que en Gaza nadie puede estar en contra de los lanzamientos de misiles contra Israel porque serían colgados o asesinados por opositores….
Los israelíes y judíos amamos la vida y deseamos la paz, por eso lloramos cada uno de nuestros muertos. No mostramos al mundo sus cuerpos ni sus entierros para obtener la misericordia de los demás.
Solo puedo coincidir con usted en que deseo con todas mis fuerzas que la paz llegue a la región.
Atentamente,
Guido M. Ruda Letzt
(El Confidencial)
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