EL POPULISMO DE CARITAS
Populismo y crisis
¿Qué entiende Cáritas por exclusión social?
Acaso sorprenda al lector saber que en todos los indicadores no financieros de privación material (cuántos españoles pueden ahorrar frente a imprevistos, cuántos no tienen automóvil, lavadora, teléfono, ordenador, ducha, inodoro o luz natural en sus habitaciones, cuántos viven en barrios afectados por la delincuencia...) estamos mucho mejor que hace 20 años y, en su mayoría, también mejor que hace 10; o que España es el país de Europa que más ha visto reducida su desigualdad salarial desde 1995; o que el crecimiento económico que hemos vivido entre 1973 y 2011 ha beneficiado más a las rentas bajas que a las altas. Y es que estos datos, también recogidos en el informe de Cáritas, han tenido nula repercusión en la prensa.
Mas mi objetivo no es remarcar las lecturas positivas que podría tener el informe, a poco que la prensa no optara en comandita por adoptar un enfoque amarillista y populista, cuanto responder a una pregunta muy simple: cuando Cáritas nos indica que el 25% de los españoles padece de exclusión social (o que el 65,7% no está "plenamente integrado"), ¿a qué se está refiriendo? A la postre, más allá de las etiquetas, eso es lo relevante: ¿en qué situación real se encuentra ese 25% (o 65,7%)?
|
% personas 2007 |
% personas 2013 |
Personas que viven en un
hogar cuyo sustentador principal está en paro desde hace más de un año. |
1,1% |
9,2% |
Personas que viven en un
hogar cuyo sustentador principal tiene un empleo de exclusión: vendedores a
domicilio, vendedores ambulantes (apoyo), vendedores ambulantes (marginal),
empleadas del hogar no cualificadas, peones agrícolas eventuales temporeros,
recogedores de cartón, repartidores de propaganda, mendigos. |
3,1% |
3,7% |
Personas que viven en un
hogar cuyo sustentador principal tiene un empleo de exclusión: que no tiene
cobertura de la Seguridad Social (empleo irregular). |
3,5% |
3,2% |
Personas que viven en
hogares sin ocupados, ni pensionistas contributivos, ni de baja, ni con
prestaciones contributivas por desempleo del INEM. |
4,7% |
7,6% |
Personas que viven en
hogares con personas en paro y sin haber recibido formación ocupacional en el
último año. |
8,7% |
36% |
Personas que viven en
hogares con todos los activos en paro. |
2,3% |
12,3% |
Pobreza extrema: ingresos
inferiores por hogar al 30% de la renta familiar mediana equivalente. Umbral
estable en euros constantes como media de los 3 años (2.891€ en 2007, 3.014€
en 2009 y 3.273€ en 2013). |
3,5% |
7,3% |
Personas que viven en
hogares que no cuentan con algún bien considerado básico por más del 95% de
la sociedad (agua corriente, agua caliente, electricidad, evacuación de aguas
residuales, baño completo, cocina, lavadora, frigorífico) y que no pueden
permitírselo. |
No hay información |
1,6% |
Derecho de elegir a tus
representantes políticos y a ser elegido: personas que viven en un hogar con
alguna persona de 18 o más años de nacionalidad extracomunitaria (sin
convenio de reciprocidad). |
8,4% |
6,1% |
Capacidad efectiva de ser
considerado y de influir en el proceso de toma de decisiones colectivas: no
participan en las elecciones por falta de interés y no son miembros de
ninguna entidad ciudadana. |
4,2% |
8,5% |
Personas que viven en
hogares con menores de 3 a 15 años no escolarizados. |
2% |
1,6% |
Personas que viven en
hogares en los que nadie de 16 a 64 años tiene estudios: de 16 a 44, sin
completar EGB, ESO o graduado escolar; de 45 a 64, menos de 5 años en la
escuela. |
5,5% |
3,3% |
Personas que viven en
hogares con alguna persona de 65 o más que no sabe leer y escribir o no ha
ido a la escuela. |
5,4% |
4,1% |
Infravivienda: chabola,
bajera, barracón, prefabricado o similar. |
1,6% |
0,8% |
Deficiencias graves en la
construcción, ruina, etc. |
1,4% |
1,8% |
Humedades, suciedades y
olores. |
7,6% |
10,2% |
Hacinamiento grave
(<15 m2="" persona="" span="">15> |
6,9% |
7% |
Tenencia en precario
(facilitada gratuitamente por otras personas o instituciones, realquilada,
ocupada ilegalmente). |
2,7% |
1,6% |
Entorno muy degradado. |
0,5% |
2,7% |
Barreras arquitectónicas
con discapacitados físicos en el hogar. |
2,6% |
5,5% |
Gastos excesivos de la
vivienda (ingresos - gastos viv. < umbral pobreza extrema con umbral
estable). |
5% |
14,1% |
Alguien sin cobertura
sanitaria. |
0,6% |
0,3% |
Han pasado hambre en los
10 últimos años con frecuencia o la están pasado ahora. |
2% |
4,5% |
Todos los adultos con
minusvalía, enfermedad crónica o problemas graves de salud que les generan
limitaciones para las actividades de la vida diaria. |
1,1% |
1,2% |
Personas que viven en
hogares con alguna persona dependiente, que necesitan ayuda o cuidados de
otras personas para realizar las actividades de la vida diaria y que no la
reciben. |
0,8% |
1,1% |
Personas que viven en
hogares con enfermos, que no han usado los servicios sanitarios en un año. |
0,7% |
1% |
Personas que viven en
hogares que han dejado de comprar medicinas, seguir tratamientos o dietas por
problemas económicos. |
5,4% |
15,8% |
Alguien en el hogar ha
recibido o recibe malos tratos físicos o psicológicos en los últimos 10 años. |
No hay información |
2,7% |
Personas que viven en
hogares con relaciones muy malas, malas o más bien malas. |
1,5% |
0,8% |
Personas que viven en
hogares con alguna persona que tiene o ha tenido en los 10 últimos años
problemas con el alcohol, con otras drogas o con el juego. |
No hay información |
2,6% |
Alguien ha sido o está a
punto de ser madre adolescente sin pareja. |
2% |
1% |
Personas que viven en
hogares con alguna persona que tiene o ha tenido en los 10 últimos años
problemas con la justicia (antecedentes penales). |
2,5% |
1% |
Personas sin relaciones
en el hogar y que no cuentan con ningún apoyo para situaciones de enfermedad
o de dificultad. |
2,8% |
2% |
Personas que viven en
hogares con malas o muy malas relaciones con los vecinos. |
1,6% |
0,5% |
Personas que viven en
hogares con alguna persona en instituciones: hospitales y pisos
psiquiátricos, centros de drogodependencias, de menores, penitenciarios, para
transeúntes o mujeres. |
0,3% |
0,2% |
Ni estar peleado con tus vecinos, ni estar peleado con tu pareja, ni tener un abuelo semianalfabeto, ni ser madre soltera, ni vivir en un hogar con ciudadanos extracomunitarios ni ser apolítico equivale a ser pobre.
Es más, diría que ni siquiera equivale a estar excluido socialmente. Y, sin embargo, acabo de mencionar seis indicadores que, en caso de que coincidieran en una misma persona, la calificarían como de "severamente excluida" de la sociedad (esto es, la categoría más grave posible dentro del informe de Cáritas). De hecho, basta con que coincida uno de ellos para que esa persona no esté "plenamente integrada" en sociedad, o que haya dos de ellos para que el individuo esté parcialmente excluido de la sociedad. Es decir, con dos de los anteriores seis criterios… usted integraría ese 25% de los españoles a los que la crisis ha empujado a una situación de exclusión social según Cáritas.
El colmo del despropósito, claro está, se halla contenido en el parámetro 32, a saber, "haber tenido problemas con la justicia en los últimos 10 años": vamos, que para Cáritas todos los políticos condenados por haber saqueado y construido fortunas personales a costa de los contribuyentes… deben figurar como no integrados plenamente en sociedad. Y si la corrupción les ha llevado a pelearse con sus vecinos o con su pareja comenzarían a formar parte de ese 25% de españoles excluidos de la sociedad. Delirante.
En este sentido, que la exclusión social haya aumentado del 16,3% en 2007 al 25,1 en 2013 (nota: la crisis en todo caso habrá causado el aumento de nueve puntos en la exclusión social entre 2007 y 2013, no los 25 puntos de 2013) se explica por un elemento de sobra conocido: el paro. Los problemas relacionados con el paro abarcan seis de los 35 indicadores, de manera que no es tan complicado que una persona se encuentre en varios de ellos (y además en alguno de los otros 29 indicadores). Sólo el punto 5 (personas que viven en hogares con personas en paro y sin haber recibido formación ocupacional en el último año) aumenta del 8% al 36%: algo de sobra conocido por todo aquel que siga la evolución de nuestra tasa de paro.
Y si por "aumento de personas excluidas socialmente" queremos decir "aumento de personas en paro", ¿a qué se debe tanta algarabía con el informe de Cáritas? Al cabo, la EPA que se publica trimestralmente ya recoge esa misma información. Pues la algarabía se debe a que los datos que presenta Cáritas pueden ser manipulados e instrumentados políticamente: cosa que se ha hecho sin pudor alguno y a lo que Cáritas se ha prestado orgullosamente.
Lo anterior no significa, claro está, que los indicadores desagregados que presenta Cáritas sean inútiles. Únicamente implica que la cifra del 25% de excluidos sociales hay que desecharla por descabellada. Pero el listado anterior sí nos permite conformarnos una imagen de qué porcentaje de personas lo están pasando verdaderamente mal durante esta crisis: el cruce de los puntos 7 (pobreza extrema), 8 (carencia de bienes básicos), 14 (infraviviendas) o 23 (haber pasado hambre en los últimos diez años) nos indica que el porcentaje de españoles que puede estar atravesando dificultades verdaderamente acuciantes (dificultades que, en todo caso, se habrían considerado el estándar de normalidad hace 40 o 50 años) se halla en torno al 5%, frente al 2-3% del pico de la burbuja de prosperidad de 2007.
Ese 5% de españoles son el público objetivo al que atiende Cáritas y que debido a su volumen absoluto -más de dos millones de personas- es comprensible que esté desbordando sus instalaciones. Pero el 5% no es ni el 25% ni el 66%: acaso a Cáritas le parezca que hay demasiados pocos pobres y se vea en la tentación de inflar exageradamente su número.
Cáritas es en muchos sentidos una organización ejemplar a la que todos tenemos mucho que agradecer. Pero que sea ejemplar en muchos sentidos no significa que lo sea en todos: frivolizar e instrumentar el verdadero drama de la pobreza en aras de un mayor autobombo y de la defensa de un modelo de Estado omniabarcante no debería entrar en su agenda. Y, por desgracia, se está convirtiendo en parte constituyente de la misma.
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