ASCO DE SOCIALISTAS
(CUANDO LA LENGUA ESPAÑOLA LLEVA DÉCADAS PERSEGUIDA POR LOS SEPARATISTAS CATALANES, VIENE EL PS (ANTES PSOE) Y SE OPONE A LA DEFENSA DE LA LENGUA DE TODOS. Y APOYA LA DISCRIMINACIÓN DEL ESPAÑOL. ASCO DE SOCIALISTAS.)
El PSOE rechaza la iniciativa del Gobierno para proteger el castellano en las aulas catalanas.
José Luis Ábalos advierte a Mariano Rajoy de que el 155 debería limitarse a garantizar la prestación de servicios y a regular la administración.
(ABC.)
AQUELLOS FUSILADOS EN LAS TAPIAS.
A ver,
Sánchez, ¿propondrías que me multaran o me metieran en la cárcel si
pongo una placa en la puerta de la casa de mi abuelo recordando que fue
secuestrado y asesinado por milicianos anarquistas en el año 1938?
No es
una pregunta retórica, responde a la realidad histórica. Ya le escribí
en su día a Rodríguez Zapatero, a quien por otra parte tanto aprecio,
que no es el único al que le han matado a un abuelo en la guerra: los
que rondamos mi edad almacenamos algún recuerdo de las cicatrices de
nuestros mayores, que tanto hicieron por que olvidáramos años de
cainismo exacerbado. ¿Sólo se puede recordar a unos abuelos y no a
otros?
La reforma que prepara el PSOE –de mano de un sujeto
llamado Andrés Perelló– de la malhadada Ley de Memoria Histórica que
este Gobierno acomplejado no se ha atrevido a desmontar, contempla
algunos aspectos delirantes que responden no exactamente al deseo de
hacer del pasado un argumento esencialmente histórico sino, antes bien,
un agresivo elemento de resentimiento ardoroso.
Así fue presentada en el
conocido como Paredón de Paterna, donde fueron miserablemente fusiladas
más de dos mil personas una vez acabada la Guerra Civil. ¿Cómo no
sentir indignación por la suerte de aquellos desdichados que vieron
acabar su vida apoyados en una tapia? España se llenó de tapias con
impactos de bala, y en ellas se apoyaron por última vez muchos seres
humanos (hasta el final del franquismo, por cierto), desde Valencia
hasta Paracuellos.
Pero recordar los asesinados en Paracuellos puede ser
delito si prospera este engendro que preparan Sánchez y Perelló, con la
esperanza de aprobarlo en el Congreso, y que consiste en ilegalizar a
quien sostenga un punto de vista diferente al del PSOE. Los socialistas
quieren ser los que decidan la realidad de la historia, y el debate en
torno a ella queda prohibido. Han leído a Orwell, se lo han creído y lo
han interiorizado.
La Historia, que debe ser estudiada detalle a
detalle, es tarea de los historiadores, no del Congreso, y menos
pretendiendo establecer la Verdad Única eliminando cualquier
discrepancia. Pretender establecer un Manual de Estilo para medios de
comunicación en materia histórica es totalitario. Pretender la
destrucción de libros que «den soporte» a delitos tipificados por esta
ley es totalitario, pretender multar o encarcelar a quien recuerde con
una Cruz a los religiosos que fueron asesinados antes y durante la
Guerra es totalitario.
Sólo falta que reinventen algún tipo de checa
para apresar a los disidentes.
¿Creen
de verdad que el desafío de la España que están construyendo nuestros
hijos ha de estar basada en regurgitaciones de hechos ocurridos hace
noventa años? ¿Está seguro Sánchez de que sus hijos o los míos van a
perder un minuto en debatir cómo ganar la Guerra que se perdió o se dejó
de ganar cuando vivían –o morían– sus bisabuelos? La Ley de Memoria
Histórica no nació para ayudar a los españoles que querían legítimamente
recuperar los restos de sus familiares muertos durante la guerra, sus
previos y la posterior represión, cosa tan razonable como necesaria:
nació como elemento de rencor trasnochado para reestablecer pugnas
históricas que los propios españoles que participaron en ellas
demostraron estar dispuestos a olvidar.
Todo pasaje histórico debe de
ser estudiado, debatido, analizado mediante el estudio de los
profesionales: yo soy el primero que quiero conocer las acciones de
Largo Caballero o de Calvo Sotelo, pero sin necesidad de tirárselos a
nadie a la cabeza merced al agresivo panfleto, absolutamente
innecesario, que preparan estos sujetos; siendo como son, por demás,
miembros de un partido que tampoco puede estar orgulloso de todos los
pasajes que protagonizó.
¿O nos ponemos a estudiar quién le debe más a quién? ¿La Democracia al PSOE o el PSOE a la Democracia?
(Carlos Herrera/ABC.)
A LOS SOCIALISTAS LES ENCANTA LA DISCRIMINACIÓN A LOS CASTELLANOHABLANTES.
El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ha censurado que el Gobierno pretenda cambiar la política lingüística de las escuelas catalanas aprovechando la vigencia del artículo 155 de la Constitución en Cataluña.
"No entendemos por qué (el Gobierno) ha levantado esta polémica cuando además afirma que no tiene ni idea de cómo aplicar la que en teoría es su posición", ha añadido.
(LD.)
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