(La escuela de Baleares sigue, perrunamente, los abusos de los catalanistas del Oasis.)
LIBRE ELECCIÓN DE LENGUA.
Año 2014. El gobierno Balear promete la libre elección de lengua a las familias que escolaricen a sus hijos en educación Infantil o en el primer ciclo de educación Primaria. Conocedores del estado de excepción que se vive en la Enseñanza Balear con respecto al derecho a aprender en lengua española, mi mujer y yo nos entrevistamos con el director de la escuela donde pensamos matricular a nuestros hijos para aclarar si el centro está dispuesto a plegarse a los requerimientos legales o si, por el contrario, los niños se verán obligados a aprender a leer y a escribir íntegramente en catalán.
El centro no es el típico vivero de totalitarismo identitario catalanista, habitual en Baleares, por lo que confiamos en su director cuando nos garantiza que no habrá problemas.
Comenzado el curso, nuestra hija no recibe ni una sola hora de lecto-escritura en lengua española. Al parecer somos la única familia que ha marcado la casilla de lengua española, según justifica el director del centro.
Lo cierto es que de 40 familias que han matriculado a sus hijos en ese curso, 14 han solicitado la misma opción que nosotros, pero todas ellas han recibido una idéntica llamada telefónica del director del centro en la que se les comunica que han sido prácticamente los únicos en solicitar las horas de lecto-escritura en lengua española.
Ante la perseverancia de las familias, el director recurre al chantaje emocional: ahora se trata de evitarles a nuestros hijos el trauma de ser separados del resto de sus compañeros de clase durante las horas en lengua española.
Además, contraviniendo a la UNESCO y sus estudios sobre la idoneidad de la lengua materna como primera lengua de aprendizaje, el director advierte fanáticamente que beneficia más a los escolares aprender la lecto-escritura en catalán.
Tras la coactiva e indecente campaña para que los padres renuncien a ejercer sus derechos, únicamente cuatro familias nos mantenemos firmes en nuestra decisión, pese a lo cual, nuestros hijos siguen sin recibir sus horas de lecto-escritura en español.
Finalmente, denunciamos los hechos mediante reclamación administrativa. En enero de 2015 el centro se tiene que tragar toda su dolosa retórica liberticida y ceñirse a la legalidad.
Soy consciente de que fuimos unos privilegiados. En otros colegios las consecuencias para las familias que no comulgaron con la imposición lingüística y exigieron sus derechos fueron más graves. A los hijos de Doris y Joaquín, de 3 y 5 años, les dejaron de invitar a los cumpleaños, tras haberles hecho el vacío en el parque al que acudían a jugar después de clase. En su colegio, Na Caragol, en Artá, las horas de lecto-escritura en lengua española las recibían durante el tiempo de recreo.
(Carlos Serra/ElMundo/Baleares.)
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