(Si usted no es un rojo o un separatista, tómese muy en serio a esta gentuza. La democracia y España les importan un pimiento. Son gentuza totalitaria. Entérese antes de que sea tarde.
PD. Por cierto, si despenalizan las injurias al Rey ¿también podremos cagarnos en Sus Señorías rojas y separatistas?
Somos la izquierda. Razones para confiar.
'La izquierda ya no tiene ideas. Sólo enemigos'.
(Alain Finkielkraut.)
El PSOE, Podemos y los
separatistas, a la caza del Rey.
Aunque ya hubo manifestaciones de repulsa del golpe de Estado
separatista en toda España días antes del histórico discurso real del
3 de octubre de 2017, es innegable que aquellas
acertadísimas palabras de Don Felipe, con las que denunció la extrema gravedad de
lo que estaba sucediendo en Cataluña, sirvieron de revulsivo para que multitud
de españoles se echaran a la calle en Barcelona y otros lugares y, sobre todo,
para que el indolente e irresponsable Gobierno de Mariano Rajoy y sus socios
constitucionalistas de ocasión se decidieran por fin a adoptar una medida debió
tomarse mucho antes, para impedir las liberticidas consultas secesionistas del
9-N y el 1-O: intervenir la Administración regional catalana, en abierta
rebeldía desde 2012, en aplicación del articulo 155 de la Constitución.
Bien es cierto que posteriormente el PP de Rajoy, PSOE y
Ciudadanos desvirtuaron la aplicación del 155 hasta el punto de convertirla en
un mero mecanismo de convocatoria electoral, que tal, y como era
previsible, sólo sirvió para que las formaciones que habían protagonizado la
rebelión volvieran a copar
la Administración regional. Aun así, los golpistas no
perdonaron al Rey aquel decisivo discurso, y desde entonces han redoblado
los ataques contra la institución que simboliza la unidad y permanencia de la
Nación.
Sin olvidar las operaciones de desprestigio contra el sistema
judicial –otro de los decisivos obstáculos que se encontraron los golpistas–, la
campaña de ataques a la Corona incluye la reciente e ilegal resolución del
Parlamento catalán para reprobar al Rey y pedir
la abolición de la Monarquía, así como la no menos bochornosa proposición de ley presentada este martes por
Podemos en el Congreso en la que se pide la despenalización de delitos como las
injurias al Rey, el enaltecimiento el terrorismo o las ofensas a los
sentimientos religiosos.
Es lógico que una formación revolucionaria de extrema izquierda,
que, para colmo, siempre ha hecho suyo el mal llamado derecho de autodeterminación de
las regiones y siempre ha considerado a España un agregado de naciones, se una
al nacionalismo secesionista tanto en la reprobación del Rey como en esta
proposición que pretende dar barra libre a las injurias contra el Monarca.
Sin embargo, que a esto último se
haya unido el PSOE, partido que ocupa el Gobierno de España, muestra el
repugnante grado de entreguismo
y complicidad de Pedro Sánchez con los comunistas y los
separatistas que lo mantienen en el Gobierno.
Esta ominosa y nauseabunda decisión del PSOE deja,
además, en evidencia la mascarada que supuso la tardía decisión del Gobierno de
recurrir la reprobación del Rey por parte del Parlamento catalán ante el Tribunal Constitucional,
decisión que ya contradecía el empeño de Sánchez de negociar sus ilegales y
despilfarradores Presupuestos con golpistas encarcelados,
proetarras excarcelados y la ralea podemita, que brinda su apoyo a los
regímenes más represivos del planeta.
Que nadie se llame a engaño:
quienes detentan el poder en estos momentos pretenden perpetuarse en el mismo
mediante un cambio
de régimen. Y qué mejor manera de acabar con la Monarquía
parlamentaria que empezar por despenalizar las injurias contra el Rey y el
enaltecimiento del terrorismo con la artera y nauseabunda excusa de que se
trata de respetar una libertad de expresión en la que no creen de ninguna de
las maneras.
(Edit/ld/24/10/2018.)
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