MORALMENTE SUPERIORES.
Enero 2019. El PSOE se echa «a las barricadas»
contra la investidura de Juanma Moreno, del PP. Fleta autobuses y asistirá a la protesta,
porque el futuro gobierno ha «blanqueado a la extrema derecha».
Grupos
feministas se concentran ante el Parlamento andaluz en la investidura de
Moreno. Para "cerrar el paso al patriarcado, al fascismo y al racismo".
Estas manifestaciones y protestas ante un Parlamento por no poder formar gobierno, muestra una despreciable y preocupante actitud antidemocrática. Recordemos que, en 2012, Javier Arenas (PP) ganó las elecciones andaluzas con 50 diputados, pero Cayo Lara de IU, utilizó sus escaños para que no gobernara el PP. Lo hizo el PSOE. No hubo manifestaciones ante el Parlamento.
Dejemos a un lado el enorme dolor socialista por perder el sillón/dieta/subvención.
¿Cuál es la excusa de estos manifestantes de izquierdas para gritar su
rechazo a un gobierno andaluz con todos los requisitos democráticos? La excusa
es que el futuro gobierno de PP,Cs y Vox, ‘ha blanqueado a la extrema derecha’.
Hablar de ‘extrema derecha’ es hablar de una expresión mágica, como
‘facha’ o ‘machista. ¿Qué significa ‘mágica’? Que sólo nombrar estas palabras
provoca reacciones agresivas en mucha gente, sin necesidad de argumentar nada.
Pondré el ejemplo de un experimento conocido. No se refiere a seres
humanos sino a perros. Pero dejo muy claro- aunque no hay peor sordo que el que
no quiere oír- que no pretendo comparar a las multitudes que se han manifestado
ante el Parlamento andaluz, con los perros de Pavlov. En absoluto.
Vayamos al experimento. Pavlov, quería demostrar que
puede condicionar respuestas entrenando a un ser vivo para que reaccione de
forma automática ante un estímulo repetitivo. Pavlov, experimentó
con perros. Hacía sonar una
campana antes de alimentarlos y así los condicionó para relacionar dicho sonido
con la acción de comer. Pavlov decía que la respuesta de los perros era
condicional, es decir, dependía del contexto que lo rodeaba. No un simple reflejo.
Sea como sea, ¿son aplicables estos- u otros-
condicionamientos a los humanos? Los humanos tenemos la capacidad de escoger:
podemos negarnos a hacer lo que nos están imponiendo/sugiriendo, si no nos
motiva el resultado previsible, o no termina de parecernos bien. Moralmente o
prudencialmente. Aunque sea difícil no seguir al grupo, si uno decide meterse
dentro.
Recordemos lo que decía un experto en comunicación y propaganda, P.J.
Goebbels,
ministro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich: ‘Una mentira
repetida mil veces se convierte en una verdad’. En realidad, no es que se
convierta en una verdad, es que mucha gente termina creyendo que lo es.
¿Y es esto aplicable a los manifestantes ante el Parlamento andaluz? Para
responder a esto debemos prestar atención al contexto.
Los socialistas- con las
excepciones de rigor- quieren que, en vez de los padres naturales, sea la
escuela estatal la que eduque a los niños, incluso en moralidad. A pesar de lo
que dice el artículo 27.3 de nuestra Constitución: ‘Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres
para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo
con sus propias convicciones’.
La izquierda siempre ha desconfiado de la familia natural porque siempre
ha sido un reducto frente al poder del Estado. Las familias naturales han sido
intensamente manipuladas- prensa, propaganda y miedo- por los sistemas
totalitarios- nazi y comunista- y ha ido bajando la presión- sin desaparecer-
con la socialdemocracia. Puede verse el desprecio de la izquierda actual por la
escuela privada y concertada. Si a esto añadimos que la gran mayoría de los
medios de comunicación son progres, el condicionamiento ‘de progreso’ es
palpable.
En España más que en otros países.
La dominante culturilla progre- con el silencio cobarde de la derecha- ha
conseguido, por ejemplo, que no quede bien nombrar ‘España’. Mejor diga ‘este
país’, y así no será sospechoso de ser de derechas. Tararear el himno nacional ya
es de derecha extrema.
Además, la izquierda- excepto los más inteligentes y honestos- cree que
es moralmente superior. Que están situados en el lado bueno de la Historia.
Esto da un enorme subidón. Da igual que usted sea un ignorante que pasa de
informarse bien, de leer buenos libros, de reflexionar con calma, y escuchar
los argumentos del ‘otro’. ¿Para qué? Ser de izquierdas le sitúa en un púlpito
laico. ¡Facha el que no bote!
Consecuencia. ¿Cómo se atreve la derecha- insolidaria, especuladora y
corrupta- a gobernar? ¡Es intolerable! Si, al menos, la derecha fuese una
derecha meapilas, como la de Rajoy, tiene un pase. ¡Pero han blanqueado a la
derecha extrema! ¿Y qué es eso de la derecha extrema?
La ‘derecha extrema’
es lo que la sectaria y mayoritaria izquierda mediática diga. El
problema es – dijo Alicia – si usted puede hacer que las palabras
signifiquen tantas cosas diferentes. El problema es – dijo Humpty-Dumpty – saber
quién es el que manda. Eso es todo. (L. Carroll)
Para esto está la
Logse, Loe, y Lomce. Estas leyes socialistas no pretenden que los alumnos aprendan
lo mejor de nuestra tradición occidental sino adoctrinar y eliminar las
desigualdades sociales del malvado capitalismo. ¿Cómo? Igualando a la baja. De
ahí que la excelencia educativa sea mal vista. Con la inestimable ayuda de La
Sexta y otras televisiones de progreso.
Acabo de ver por televisión (15/1/2019) las declaraciones
de Susana Díaz, respondiendo a las palabras del diputado de Vox, Francisco
Serrano, que decía que era inadmisible, democráticamente hablando, que se
hiciera una kaleborroka delante del Parlamento andaluz. Susana responde
textualmente: ‘Lo que es una kaleborroka
es justificar la violencia contra las mujeres’. En referencia a Vox. Lo que
es una despreciable mentira. Pero mentir está en la tradición de la izquierda.
Es la democracia social/comunista/feminista.
Ya lo dijo el insigne médico Gregorio Marañón, uno de los
fundadores de la II República, con Ortega y Pérez de Ayala, aunque criticara,
posteriormente, a la República por pretender ser exclusivamente de izquierdas.
Cito sus palabras: ‘Esa
constante mentira, es lo más irritante de los rojos’.
Sebastián
Urbina.
(Publicado en ElMundo/Baleares/27/1/2019.)
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