(Siento mucho cariño y admiración por esta mujer, que no conozco personalmente, pero que es un ejemplo para todas las personas decentes.
Y siento desprecio por todos los que obligan a Julia- y a tantos otros- a tener que ser héroes y heroínas. Y a los que miran para otro lado, y a los mezquinos periodistas y tertulianos que justifican lo injustificable.)
P: En un momento de su vida, se cayó del caballo independentista.
R: Sí. Estaba en un instituto donde, prácticamente, todo el mundo votaba a la CUP. Una se acaba dando cuenta de lo que no hay que votar. Poco a poco, fui descubriendo que nos estaban mintiendo.
Le dije a mi madre: "¿Tan mal estamos dentro de España que nos queremos ir de España?". Fue en tercero de la ESO. A partir de ahí, vi que eso era un negocio, que no era algo de base. No empezaba en el pueblo e iba hacia arriba: la cosa comenzaba arriba.
Fui investigando y fui informándome, más allá de TV3, y empecé a desintoxicarme de ese mundo. De ese mundo de cuatro paredes que te aleja de la verdad. Y cuando vas por tu lado, cuando investigas tú sola y, ojo, a ambos lados, a ver qué me dicen unos y otros, construyes tu propio relato. El separatismo controla el poder institucional, el poder mediático… lo controla todo y, al fin y al cabo, sale lo que sale: muchos jóvenes que solamente saben predicar eso.
(Jesús Fernández Úbeda/LD/29/7/2023.)
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