Lo que ha sucedido en Valencia se podría haber impedido de haberse aprobado el Plan Hidrológico Nacional que Zapatero (PSOE) tiro por tierra en 2004, en aceptación gustosa de chantaje por parte de sus amigos nacionalistas de Cataluña, quienes, ayer como hoy, dictan las políticas que más perjudican al bienestar del conjunto de España.
Las muertes de cientos de valencianos (la cifra oficial, en un gobierno socialista acostumbrado a mentir con los números, nunca la sabremos) debió haberse evitado si la Confederación Hidrográfica del Júcar, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, el chiringuito ecolojeta que dirige Teresa Ribera, no hubiera impedido, bajo pena de multa cuantiosa, la limpieza de cauces y barrancos, hecho que hubiera minimizado el impacto de las inundaciones.
(Fran Carrillo/OkDiario/18/11/2024.)
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