- Todos los tratadistas que han focalizado la estructura interna y los niveles de democratización de los paridos políticos coinciden en señalar las querencias oligárquicas de unas tecnoestructuras- lo que aquí llamamos “el aparato”- que, literalmente, tienden a “colonizar” los partidos. Se produce de esta manera una petrificación de las organizaciones que, en buena teoría, deberían pasar la prueba de la movilidad y permeabilidad internas para obtener el label de “demócratas”.
- Todo el proceso que está viviendo el PP balear desde que fue desalojado injustamente del poder es un caso de libro de este estructural y esencial déficit democrático interno de los partidos políticos que impide que la lucha interna se desarrolle en un plan de igualdad, cosa que no ocurre, por ejemplo, en otros países dónde las elecciones intrapartido están abiertas, bien a todos los militantes, bien a los votantes. Son las llamadas “primarias” que equivalen a “más democracia para corregir la escasa democracia interna de los partidos”.
- Aquí, en España, ya se sabe que quien controla el aparato controla el partido y el PP balear no iba a ser una excepción a la regla. Ocurre, sin embargo, que un partido político no es “sólo” sus militantes y, desde luego, mucho menos los “compromisarios” que pretenden ser una muestra representativa de la militancia. Un partido es, mucho más, sus votantes, normalmente pasivos y ligados por una especie de contrato de adhesión- lo tomas o lo dejas- con la oferta que hace el partido, es decir, su “aparato”. Y ocurre, también, que, en determinadas ocasiones de crisis de identidad, de valores o de imagen, el “poder” tiene querencias atávicas y se desplaza, de forma incontrolada e incontrolable, a quienes, en definitiva, son los titulares últimos-los votantes- de este “poder” que ejerce por delegación el “aparato”.
- El PP balear no ha comprendido la auténtica naturaleza de la crisis que le atenaza y esta forzando un proceso de autodepuración que no depura absolutamente nada y que va exactamente en la dirección que no debe. La probable consecuencia es que el “aparato” venza, pero no convenza y, en este caso, “no convencer” a los detentadores del poder último- los votantes- se traduce en perder las elecciones. Ya ha ocurrido en dos ocasiones por no comprender la naturaleza del problema y, previsiblemente, ocurrirá en las próximas.
- En estas elecciones congresuales de Mallorca el auténtico debate de fondo no era entre Rotger y Pastor-ambos son representantes del “más de lo mismo”- sino entre estos dos y Ferrer. Obviamente, no se trataba de una pugna personal, sino una pugna entre lo que cada candidato representaba en relación con la masa de votantes. Viven tan obsesionados por las escasas parcelitas de poder que les confiere estar en la oposición que no comprenden que los grandes problemas del PP, balear y mallorquín, se llaman corrupción generalizada, renovación de una tecnoestructura que está tan contaminada por la corrupción como envejecida tras largísimos años de estar en el machito y, sobre todo, revisión- y rectificación- de los paradigmas y valores que identifican a un partido y con los que se presenta ante la ciudadanía.
- La primera que no entiende nada de nada de la auténtica naturaleza de la crisis del PP es Estarás, cuyo gravísimo error ha sido el colocarse al frente de la más fea y contaminada facción del PP en lugar de pilotar una regeneración- personal y de principios- que pusiera el partido patas arriba. Está encantada de haberse conocido y, probablemente, se felicite por lo lista que es al haber utilizado brutalmente su condición de apparatchik en jefe para perpetuar lo más impresentable del PP balear. Va hacia el desastre. Al tiempo.('Más de lo mismo o el difícil futuro del PP balear, Antonio Alemany)
2 comentarios:
Demasiadas mujeres queriendo llevar los cojoncitos hay en el PP. Demasiada corrupción en el PP y en otros partidos aún más. Deberiamos negarnos a votar hasta que todos los imputados no dimitan y se larguen de la política.
Espero que el PP tenga en las europeas del año que viene su debacle, el principio del fin y con ella la necesaria regeneración.
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