(Lea usted, si le apetece, los dos artículos que se incluyen y decida si está justificada esta condena solicitada por el socialista Odón Elorza. Y no es el único.)
En el Congreso de los Diputados
LOS REBUZNOS DE ODÓN.
Odón Elorza pide al PSOE que promueva una declaración de condena del Valle de los Caídos
El diputado socialista afirma que el monumento "no encarna ningún tipo de valores democráticos como el diálogo o el respeto a la diferencia".
(ld)
EL VALLE DE
LOS CAÍDOS
Por Pío Moa.
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Unos jóvenes
me entrevistaron recientemente para un programa de televisión sobre el Valle
de los Caídos, centrándose en los presos izquierdistas que allí trabajaron.
Me mostraron un proyecto de placa que, al parecer, piensa colocar allí el
gobierno actual, en recuerdo de los "presos republicanos" a quienes
atribuye la construcción del monumento "en régimen de esclavitud".
La placa hablaba de "reconciliación" y de recuperar la
"memoria histórica". Comenté que no conocía en detalle la historia
del Valle de los Caídos, pero mi experiencia al estudiar la república y la
guerra civil me hacía dudar de tales afirmaciones, a la vista del gran número
de mitos difundidos durante estos años bajo el marbete de historiografía
"profesional" y hasta "definitiva".
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Por otra parte, de entrada percibía
algunas falsedades, inconciliables con la pretensión de recobrar la memoria del
pasado. Así, hablar de presos republicanos ya significa desvirtuar los
hechos, y no resulta creíble una reconciliación que tan mal empieza. La gran
mayoría de los supuestos republicanos estaba constituida por comunistas,
socialistas y anarquistas, todos ellos antidemócratas por ideología y práctica,
autores de reiterados ataques a la república y de la preparación de la guerra
civil. En cuanto al "régimen de
esclavitud", tenía mis dudas. Los presos, según creía, trabajaban
redimiendo penas por el trabajo, sistema consistente en suprimir dos o tres
días de condena por cada uno trabajado.
Como es sabido, al terminar la guerra
los tribunales dictaron alrededor de 50.000 penas de muerte, cumpliéndose
aproximadamente la mitad. Las demás fueron conmutadas a cadena perpetua, la
cual, en la mayoría de los casos, se tradujo en la libertad a los seis años y
aun antes. Uno de los
recursos para conseguirlo consistió en la redención de penas por el trabajo.
Ahora, husmeando en internet encuentro una información de la Fundación
Francisco Franco donde se tacha de falsedades
algunas historias divulgadas insistentemente por los medios, especialmente por
la muy manipulada televisión oficial. He
aquí los hechos, según dicha fundación: no habrían trabajado en el Valle de
los Caídos 20.000 presos políticos, como han hecho circular periodistas e
historiadores poco escrupulosos, sino 2.000 obreros a lo largo de quince años
de obras, y no todos al mismo tiempo, de los cuales sólo una minoría fueron
presos. Éstos percibirían siete pesetas diarias, sueldo no desdeñable para la
época, más la comida. Además, habrían sido beneficiados no con tres días de
redención por día trabajado, sino con seis, aparte de otros indultos, con lo
que ninguno permaneció como preso más de cinco años, siguiendo después la
mayoría como trabajadores libres. En 1950 no quedaba ninguno de esos penados.
De ahí se desprende la mendacidad del
aserto común de que "cientos, si no miles, de presos murieron en la
construcción del monumento". Según el médico
izquierdista Ángel Lausín, que también redimió allí condena ejerciendo su
profesión y siguió luego hasta el fin de la obra, el número total de muertos,
entre obreros libres y presos, ascendió a catorce, cifra baja para tantos
trabajadores y tanto tiempo. Las condiciones también habrían sido
aceptables: "Paco Rabal, miembro del PCE, reconoció que la vida allí era
mucho más suave que en las prisiones... Muchos iban solos a El Escorial o a
Guadarrama y no se fugaban, sino que volvían. Además, podían tener allí a sus
mujeres". La escuela para los hijos de los presos era mixta, cosa
excepcional entonces, y aceptada por la autoridad como concesión al maestro
izquierdista, hombre de esas ideas.
Estas
y otras informaciones deben ser verificadas, desde luego, por una investigación
imparcial, pero desde luego tienen el mayor interés y merecen ser ampliamente
conocidas para
contrastarlas con las ofrecidas por los pretendidos recuperadores de la
memoria. Tengo la pesimista sospecha, sin embargo, de que estos peculiares
memoriosos utilizarán todos los medios -poderosos medios- a su disposición para
impedir el general conocimiento y contraste de los datos por los ciudadanos.
Para ello aplicarán, como de costumbre, el simple método de la censura
inquisitorial, de la que puedo hablar con conocimiento de causa, por haberla
sufrido.
Contrastar
los informes es sólo un primer paso para acercarse a la verdad de los hechos.
Después conviene aclarar al menos dos cuestiones: a) ¿cuántos presos políticos trabajaron
efectivamente en la obra?, b) ¿a qué penas estaban condenados y por qué delitos
reales o supuestos? Saber esto arrojaría mucha luz sobre el carácter de la
represión en la época, en torno a la cual circulan demasiadas leyendas. Esa
investigación debiera estar al alcance de cualquier historiador con afición y
tiempo, y ánimo desde aquí a hacerla, sobre todo a jóvenes estudiosos e
independientes.
En relación con el tema me gustaría
señalar un punto que siempre me ha intrigado y que muy rara vez ha sido tratada
en la multitud de libros escritos sobre la represión: ¿por qué cayeron en manos
de Franco tantos izquierdistas y separatistas implicados en el terror contra
las derechas? Asombrosamente, los principales dirigentes sólo parecen haberse
ocupado de su propia fuga, dejando a sus seguidores atrapados como en una
ratonera, a merced de quienes pensaban ajustarles estrechas cuentas por las
muertes, torturas y saqueos realizados bajo el poder del Frente Popular. Pero
de esto me ocuparé en otro artículo.
® La Razón. 27 de Abril de 2.005.-
PSOE
Talibanes contra el Valle de los Caídos
El Valle de los Caídos "es una maravilla", como ha reconocido Preston: quizá el monumento más logrado en su género del siglo XX en cualquier país del mundo. Fue construido primero para conmemorar la victoria del bando nacional y más tarde la reconciliación, al depositar allí restos de combatientes de los dos bandos. Esa reconciliación fue plenamente lograda, para la inmensa mayoría de la población, durante el franquismo, aunque persistiese una minoría ferozmente irreconciliable: terroristas, comunistas y simpatizantes de ambos.
Lo más repugnante es el lenguaje empleado por los bellacos: afirman que el Valle "es todavía un lugar controvertido en la conciencia de los españoles". Son ellos, los irreconciliables, quienes lo "controvierten", precisamente con un "Himalaya de mentiras", como decía Besteiro, enconando los odios con palabras de apariencia razonable. Invocan la totalitaria y antidemocrática "ley de memoria histórica", que presenta a los chekistas y etarras como víctimas, soborna a los familiares con "indemnizaciones" a cargo de todos nosotros y prohíbe lo que llama "exaltación del franquismo", es decir, del régimen del cual no solo procede el monumento, sino también la prosperidad, la democracia y la paz que aún dura, logradas contra los terroristas, comunistas, socialistas y demás irreconciliables talibanes.
Dicen que buscan "honrar y rehabilitar la memoria de todas las personas fallecidas a consecuencia de la Guerra Civil y de la represión política que siguió". ¿A quién pueden honrar y rehabilitar unos colaboradores de la ETA? ¿Y cómo puede honrarse a las víctimas equiparándolas a los chekistas y asesinos? Hablan de "fomentar las aspiraciones de reconciliación y convivencia". Esas aspiraciones estaban plenamente logradas y el Gobierno delincuente las está arruinando, precisamente. Su desvergüenza y cinismo alcanzan cotas increíbles.
Con toda su miseria, esta demagogia delictiva ofrece una excelente oportunidad para que las personas honradas del país clarifiquen "la conciencia de los españoles" y europeos difundiendo la verdad. Tiene que salirles el tiro por la culata. La reacción no debe limitarse a la de los descerebrados de Sol.
(Pio Moa/ld)
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