(SI UN ESTADO DE DERECHO ES INCAPAZ DE APLICAR SUS PROPIAS LEYES DEMOCRÁTICAS, NO MERECE SUBSISTIR.
Y SI SE PERMITEN ILEGALIDADES- CON CUALQUIER EXCUSA- NOS ADENTRAREMOS EN UN POZO NEGRO DEL QUE NO PODREMOS SALIR, O SALDREMOS CON GRAVES HERIDAS.
HAY QUE DECIDIR. O SUICIDIO A PLAZOS, O APLICAR LA LEGALIDAD VIGENTE.)
CUENTAS Y CUENTOS.
Los independentistas catalanes vuelven a colocar a España al borde del
abismo. Otra vez se empeñan en aprovechar la situación de interinidad y
crisis política para reactivar una demanda desorbitada y fuera de la
Ley. Lo hemos escrito en muchas ocasiones, pero es preciso insistir: el
problema catalán debe ser abordado con claridad y sin complejos, desde
la defensa de la legalidad y de la Constitución.
Si para detener ese
ataque a España y a su ordenamiento es necesario utilizar todo el poder
del Estado de Derecho, deberá hacerse. A la sociedad catalana, además,
se le sigue hurtando un debate sereno, honesto, riguroso, científico,
objetivo y político sobre el embrollo en que se la ha metido.
Se trata
de desmontar la falacia de que España vive a costa de Cataluña, y de que
las políticas de solidaridad territorial y social son un atraso, cuando
en realidad son pilares del Estado moderno y del avance democrático.
Para afrontar una controversia de esta altura, es imprescindible
recuperar el pacto constitucional entre todos aquellos que creen en las
leyes y en nuestra Carta Magna.
(Bieto Rubido/ABC)
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