Está claro que hay víctimas reales. Lo que sucede es que está de moda hacerse la víctima. Suele tener ventajas. El caso más vergonzoso- no único- es el de los separatistas catalanes. Llevan unos cuarenta años haciéndose las víctimas con grandes beneficios. Económicos, sociales y políticos. Hasta que la pocilga parece explosionar. A pesar de la vomitiva cobardía del PP, la despreciable irresponsabilidad del pesoe, y la comunista antiespañolidad del 'coletas'.
A pesar de esta cuadrilla impresentable de políticos, el victimismo, el chantaje y las actividades delictivas parecen haber explosionado. Gracias, preferentemente, a los jueces independientes.
La víctima llega a creerse que puede hacer lo que quiera. ¡Es una pobre víctima!
Según el blog “Rincón de la Psicología”, estas víctimas
permanentes son personas que -consciente o
inconscientemente- se disfrazan de falsas víctimas
, simulando una agresión inexistente, culpando a los
demás y librándose de responsabilidades. ¿Por qué?
Pues porque hacerse la víctima tiene sus beneficios; entre
ellos: evadir la realidad.
¿Cómo lo hacen?
- Deformando la realidad. Estas personas verdaderamente
- creen que la culpa de las cosas que les ocurren está lejos
- de ellos; es decir, es de los demás.
- Su problema es que tiene una noción distorsionada de la realidad, creyendo que todo proviene a causa de circunstancias externas. Poseen además un sesgo negativo para evaluar las cosas, desarrollando un pesimismo exacerbado y obviando todo lo positivo que les sucede.
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