EL MITO DE LA 'BRECHA SALARIAL'.
Como cada año, coincidiendo con el Día de la Mujer, colectivos feministas de ideología izquierdista difunden en medios la idea de que existe una enorme "brecha salarial" entre hombres y mujeres. Según este relato, ellos ganan alrededor de un 25% más que ellas, lo que probaría la existencia de una cultura de la discriminación que perjudica de forma notable a la población femenina.
Sin embargo, la idea de la "brecha salarial" ha sido refutada en múltiples ocasiones por economistas especializados en asuntos salariales. En esencia, el cálculo sirve de calcular el sueldo medio de hombres y mujeres, para después comparar ambos niveles de retribución. Sin embargo, estas cifras no nos dicen nada de las características individuales de estos trabajadores.
Al fin y al cabo, hombres y mujeres no se distribuyen de igual modo en el mercado de trabajo. Por tanto, para conocer la existencia o no de una "brecha salarial" es preciso considerar cuestiones como los sectores de actividad, los niveles de productividad, la duración de las jornadas, etc. Eso es lo que ha hecho el Instituto Juan de Mariana (IJM) en un informe publicado esta semana. En el quinto capítulo del documento, el economista Santiago Calvo, desbroza los datos de la "brecha salarial" para poner de manifiesto la falacia en la que incurren quienes dan por bueno este argumento.
Jornadas laborales diferentes.
De entrada, el informe toma datos del INE y encuentra que la incidencia del empleo a tiempo parcial es mayor entre las mujeres (24,2%) que entre los hombres (7,3%). Es cierto que un 50% de esas mujeres desearía trabajar a tiempo completo… pero el porcentaje sube al 59% entre los hombres que están en esa misma situación.Las estadísticas oficiales muestran que un factor diferencial que sí tiene que ver con esta diferencia es el volumen de trabajadores que renuncian a una jornada a tiempo completo para cuidar de su familia. Entre las mujeres, el porcentaje es del 22,3%, muy por encima del 3,6% de los hombres. Como señala el informe, esta es una "libre elección de cada pareja", de modo que no constituye "una situación de desigualdad coactiva".
Pero entonces, ¿cómo podemos depurar los datos? El documento del IJM acude a los cálculos de Eurostat que reflejan la retribución por hora trabajada. Según este indicador, la diferencia entre hombres y mujeres sería del 14,2%, muy por debajo del 25% que se suele manejar cuando simplemente se comparan los salarios medios.
Además, ese 14,2% tiene mucha tela por cortar. De entrada, casi el 40% de esa diferencia se explica por la mayor duración de la jornada, lo que beneficia comparativamente a los hombres.
Y si se compara el 14,2% con otros países de nuestro entorno, vemos que España está por debajo de la media europea (16,2%) y de los resultados que se dan en países tan dispares como Dinamarca (15%), Reino Unido (21%), Alemania (22%), etc.
Ocupaciones distintas.
Pero, como recuerda Calvo, "que las mujeres cobren menos por hora no significa que haya una discriminación por razones de género. Los trabajos que desempeñan unos y otros son diferentes. Por ejemplo, en la industria manufacturera y química vemos que está ocupado el 18% de los hombres, frente al 8% de las mujeres. En la construcción, la ratio es de 11/1. En las telecomunicaciones, de 5/1. Por el contrario, las mujeres tienen mayor peso en la sanidad (14% vs 4%) o la educación (10% vs 4%)". Hay que recordar que estos dos ámbitos están mayoritariamente copados por las Administraciones Públicas, de modo que la retribución tiene mucho que ver con decisiones políticas y no con dinámicas de mercado. A pesar de ello, el discurso del feminismo izquierdista incide una y otra vez en cargar contra el capitalismo y no contra el intervencionismo.La evidencia empírica disponible nos permite ir más allá en nuestra aproximación. Según el informe, las "circunstancias individuales" de los trabajadores permiten explicar en torno al 64% de la "brecha salarial" por hora trabajada. Por tanto, la "brecha salarial" que no tiene una explicación aparente sería del 5%, en niveles similares al resto de países europeos. Por tanto, un análisis más riguroso demuestra que, como mucho, la "brecha salarial" sería del 5%, cinco veces menos de lo que se suele aducir.
No obstante, el estudio va incluso algo más allá y aporta otros factores que arrojan más luz sobre la verdadera "brecha salarial". Por un lado, ofrece una comparativa por generaciones que muestra que dicha diferencia es casi dos veces menor entre los menores de 35 años que entre los mayores de 55. Y, por otro lado, toma datos del Informe Anual de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social para recordar que en 2017 se abrieron 1.238 investigaciones por posible discriminación de género en el trabajo, pero apenas un 1,3% acabó en sanción.
(Diego Sánchez de la Cruz/LibreMercado/5/3/2019.)
1 comentario:
Creo que aunque hay que darle su lugar a la mujer y en algunos casos si existe la brecha salarial está misma no ocurre por el "patriarcado" sino por las decisiones que toman ellas mismas, en la mayoría de los casos claro.
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