(TODOS LOS HOMBRES DEBERÍAN SER DECLARADOS PRESUNTOS TERRORISTAS MACHISTAS HASTA QUE DEMUESTREN LO CONTRARIO.
SIN NECESIDAD DE DEFINIR LO QUE SEA 'TERRORISMO MACHISTA'. NO PERDAMOS NI UN MINUTO.)
¡TODOS TERRORISTAS!
Compromís quiere que la "banalización o el negacionismo del terrorismo machista" sean un "delito grave".
La formación nacionalista pide medidas como modificar el código penal o "declarar el estado de excepción por terrorismo machista".
LD/Agencias
¡SON
MODELOS!
La prensa
socialdemócrata anda haciéndose la escandalizada porque en su campaña contra el
maltrato a las mujeres la Junta de Andalucía ha usado modelos y no mujeres
maltratadas de verdad. Usar modelos en la publicidad, ¡cáspita!, uno ya no sabe a qué extremos
de depravación va a llegar el gobierno andaluz.
Bromas
aparte, la capacidad de El País para hacer el ridículo está
convirtiéndose en un asunto propio de memes y bromas en redes sociales, pero
llegar a 'denunciar' que una campaña publicitaria usa a modelos es uno de
los descubrimientos definitivos del "periodismo de datos", ese
que tan de moda está y que tan habitualmente olvida el significado de esos
datos de cuyo reparto tanto presume.
Alrededor de
esta cuestión, la persecución que está sufriendo la Consejería de Igualdad de
la Junta nos está sirviendo para entender algunas claves importantes, además
del nivel subterráneo al que está llegando el periódico de Prisa.
Por ejemplo,
que las feministas de izquierdas y sólo las feministas de izquierdas saben los
nombres que una
mujer de un pueblo de Andalucía debe ponerle a las cosas. No las palabras
que usa, ojo, sino las que debería usar, que para eso están las expertas en
género urbanitas con acceso a los medios y las redes sociales: para explicar al
resto de mujeres lo que deben decir o no o, lo que deben hacer o no e incluso
las prendas que deben usar o no, tal y como hace una atrevida jovencita en un vídeo que ha tenido
cierto impacto en Twitter en los últimos días, retando a las mujeres a ir sin sujetador porque
lo contrario es "estereotipar el cuerpo femenino" y quitándote la
prenda "conectas contigo misma".
Quizá me
digan ustedes, queridos lectores, que si estamos hablando de una campaña
publicitaria lo importante es que el público objetivo te entienda, es más,
algunos podrían incluso pensar que hay que usar un lenguaje que permita
empatizar con las personas -en este caso mujeres maltratadas- a las que se
quiere hacer llegar el mensaje.
Craso error: lo importante es usar las sacrosantas palabras aprobadas
por el tribunal de la inquisición de género, no sea cosa que nos
desviemos del dogma.
O, por
segundo ejemplo, que las cosas ya no son según el color del cristal con que se
mira, como dijo el poeta, sino según el color del partido que las haga: lo que
estará bien si viene de un tono rojo amoratado será catastrófico si nos llega
de azul anaranjado. Y punto.
Así las
cosas, lo bueno de todo esto es que quizás las tropas populares y ciudadanas se
den cuenta de una vez por todas de que da igual que sigan a la secta en todo a
pies juntillas: les van a crucificar sí o sí, porque lo importante no es la
protección a las mujeres maltratadas o al colectivo LGTBI, sino hacer de unas y
otros banderas políticas con las que machacar a "las tres derechas",
como dicen con la boca llena las féminas podemitas. Lo importante, en suma, no
es lo que hacen, es lo que son.
Y puesto que
hagan lo que hagan van a ir a la hoguera, quién sabe, incluso podrían hacer lo
correcto y desmontar esa vergüenza que, por ineficaz y por discriminatoria, es
la Ley Contra la Violencia de Género.
(Carmelo Jordá/ld/7/8/2019.)
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