Vago populismo
Por Gabriel Le Senne
Decía el lunes Álvaro Delgado que lo que les pasa a algunos es que tienen alergia al trabajo: “Tenemos una casta política -con escasas excepciones- a la que no le gusta trabajar, sino sólo ocupar el poder. Pero hacer cosas útiles con él para los ciudadanos les da una pereza tremenda, y la actividad que centra la mayor parte de sus esfuerzos es maniobrar con el único fin de conservarlo.”
Por ello tienden a dirigir su actividad a medidas efectistas, que llamen la atención, pero que lleven poco trabajo. Así fidelizan a sus votantes y ocupan portadas, y así llevamos desde el advenimiento de Sánchez escándalo tras escándalo, debate tras debate, sin tiempo de abordarlos en profundidad, y sin tiempo de hablar de tantas cosas importantes que pasan inadvertidas bajo el radar.
En este clima es muy complicado hacerse hueco, y por ello es justo reconocerle al Ayuntamiento de Palma de Josep Hila la habilidad mostrada para lograr ser conocido a nivel nacional. Últimamente nos ha regalado varias medidas de este tipo, una tras otra. Está claramente en racha.
Primero se han gastado seis mil euros en un flamante contador de árboles de tres metros de altura instalado en medio de la Plaza de España (alarma, franquismo detectado), donde puede contemplarse desde todos los vehículos que pasan por las Avenidas, en ambos sentidos. Hila explicó que este contador "es un ejercicio de transparencia: cada vez que el número cambie supondrá que Palma ha sumado más árboles". Muy bien explicado. No ès pagat.
A continuación los palmesanos pudimos contemplar los carteles, también de tres metros y en Avenidas, con el eslogan “Los orgasmos, como la tierra, son de quien los trabaja”. Se trata de un anuncio de una exposición subvencionada por el Ayuntamiento que al parecer investiga el orgasmo femenino, que ya saben que es una de las cosas que más interesan ahora y por ello sin duda merece el dinero de nuestros impuestos. Otra frase que acompañará la exposición es “el amor sin crítica es germen del fascismo”. Gran trabajo del Ayuntamiento en Kultura, que de paso se aprovecha para la propaganda ideológica. Ya saben, a criticar en casa, fascistas facineriosos, que diría Jesús Gil. Cuánto se echa de menos su jacuzzi rodeado de señoras en bikini. Ahora, como escribía Hughes, hasta la Telecinco de las mamachicho va de feminista. Rectificar es de sabios, pero si te pasas rectificando, te sales por el otro lado.
Pero donde ya Hila lo ha petado y no rectifica es en el cambio de nombres de las calles. Esto normalmente ya no sería noticia, porque no es nada original. Pero la novedad es que las calles supuestamente franquistas son las de los almirantes Churruca, Gravina y Cervera. Los dos primeros, héroes de Trafalgar (1805); Cervera, de Cuba (1898). El Sr. Alcalde se justificó en Twitter diciendo que el nombre de estas calles se puso en 1937 en honor a navíos franquistas, pero varios historiadores y hasta Pérez-Reverte le han dejado en evidencia aclarando que ni los buques se llamaban así, ni pertenecían al bando nacional. Los nombres de las calles se pusieron en 1942, y las actas de entonces indican que “se ha propuesto el nombre de Almirantes y marinos a las calles que han tenido que denominarse en Son Armadams”. Vamos, que la excusa de Hila no hay por dónde cogerla.
Lo que muchos nos tememos es que al llevar la palabra “almirante”, y hacer referencia a la historia de España, al Sr. Hila y sus compadres les parecen franquistas automáticamente. No tienen por qué mentir, Sr. Alcalde: el franquismo escogía héroes nacionales para las nuevas calles, y ustedes héroes del pancatalanismo para redenominar las existentes. Quod erat demostrandum: vienen a ser muy parecidos, pero por el otro extremo. Por eso también marginan una lengua, quieren rescatar la renta antigua, y tantas cosas. Total, que el Ayuntamiento concederá cuarenta mil euros en ayudas para afrontar los gastos del cambio de nombre. Y eso es sólo una parte de los gastos totales del capricho.
Lo grave es que estas medidas, que parecen chorradas risibles, y lo son, al mismo tiempo llevan una carga ideológica peligrosísima, que ahonda en el escoramiento de la sociedad hacia la extrema izquierda y el separatismo. Por esto es tan importante que la alternativa no se contente con poner el Excel y dejar que la izquierda ponga la ideología, como dice esa espectacular canción que les citaba el otro día. Porque si la izquierda es vaga para el trabajo serio, la derecha a menudo lo ha sido para la defensa de la verdad.
(MallorcaDiario/25/3/2021.)
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