(Cuando una sociedad- supuestamente democrática- permite que los amigos y apologetas de los terroristas, se paseen libremente por las calles, homenajeando a los asesinos, es que estamos en presencia de una sociedad moralmente enferma.
En primer lugar la mayoría de políticos, del poder judicial, de la intelectualidad, de los periodistas, de los profesores...
En fin, la cobardía y la estupidez progresista nos llevan al desastre.)
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