(Lo que faltaba. Los jueces (para los gilipollas, y 'juezas') son el último reducto democrático ante los abusos de los políticos y del Estado. Por eso los jueces son importantísimos. Son el último recurso que tienen los ciudadanos.
Pero si los jueces tienen una endeble formación y un débil carácter, serán capaces de tomar decisiones idiotas y dejarse influir por poderes fácticos y estatales. Un verdadero drama.
Que un juez sea capaz de pasarse por la entrepierna la opinión de la comunidad científica en favor de un brujo (y para los imbéciles, y de una 'bruja') es gravísimo. Tan grave que, en mi opinión, este juez debería ser suspendido. Al menos temporalmente.
¿Tan estúpida es la sociedad española? ¡Que Dios nos coja confesados!)
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